viernes, 3 de junio de 2011

Mi experiencia

Cuantas veces oímos en nuestras conversaciones o discusiones ese argumento de ´cada cual tiene su experiencia´ o ´cada uno tiene su propia vida´ o ´cada persona es responsable de sí mismo´…. Son ideas que suenan como si fueran realidades incuestionables.

El otro día en una charla entre amigos alguien me dijo: ¿Por qué no te dejas de generalidades y nos hablas de tu experiencia?

Yo contesté algo así como que hablar desde lo general es hablar desde lo que compartimos, desde lo que nos une, y desde ahí podemos ir a lo particular, si es que ello existe en absoluto. Y en cuanto a mi experiencia la verdad es que me quedé en blanco, y lo único que pude decir es que no tenía ninguna experiencia propia que mostrar.

¿Qué queremos decir cuando expresamos que esa es mi experiencia? Todos experimentamos de una u otra forma en el mismo hecho de vivir, pero ¿es esa nuestra experiencia? ¿Cuándo decimos mi experiencia nos referimos al hecho de estar experimentando o más bien nos referimos a las conclusiones que hemos sacado de la experimentación?

Parece obvio que una cosa es experimentar y otra cosa bastante diferente es la experiencia que sacamos de ello.

Cuando experimentamos lo que más entra en juego son nuestros sentidos. Percibimos a través de nuestros sentidos lo que está sucediendo y a la vez percibimos nuestra relación con ello. Una vez que los sentidos han percibido y toda esa información ha entrado en nuestro cerebro, entonces entra en juego la experiencia acumulada en la memoria y nuestra respuesta más inmediata tiene que ver con ese reconocimiento de lo que está sucediendo y del valor que le damos a ello.

¿Qué sentido tiene mi experiencia? ¿Para qué creamos experiencia? Parece evidente que tiene un sentido práctico pues mi experiencia son las capacidades o conocimientos útiles que me sirven para hacer la vida más fácil y en ese sentido la percepción y la memoria trabajan de una forma bastante eficaz basándose en la atención y la repetición de procesos.

Creamos experiencia para hacer la vida más fácil, memorizamos procesos que no necesitamos aprender de nuevo y que podemos repetir un sinfín de veces: hablar un idioma, cocinar, conducir, recorrer un camino.

¿Por qué creamos experiencia en el aspecto psicológico? ¿Por qué aprendemos prejuicios, frustraciones, apegos, deseos, opiniones, creencias? Es un hecho que toda esa experiencia nos hace la vida más complicada e incluso no nos permite vivir. Es por esa experiencia que no somos sensibles a lo que nos rodea.

El prejuicio, la frustración, el apego, la creencia, tienen una base falsa que es necesario comprender, son como una trampa donde se cae y ya es difícil salir porque el miedo que es otra trampa no permite ni que te lo cuestiones.

Por mucho que no queramos verlo la mayoría de las personas piensan y sienten de la misma forma, cada cual con sus ideas y sus heridas, cada cual con sus momentos de placer y con sus frustraciones, entonces sería más exacto hablar de nuestra experiencia y no de mi experiencia.

Lo cierto es que hay muy poca verdad en lo que pensamos o en lo que sentimos, es decir, hay muy poca verdad en nuestra experiencia. La verdad no puede estar en nuestra experiencia sino en el hecho de experimentar, en la percepción de los acontecimientos, en el sentimiento de la realidad que fluye a nuestro alrededor y en nuestro interior.

La verdad es algo vivo, en movimiento, y si uno ama la verdad ha de moverse con ella y donde ella te lleve, entonces mi experiencia no tiene más sentido que el necesariamente útil y sin que ello sea algo personal.

Siento que hay una gran carga psicológica en esa frase que se expresa como ´mi experiencia´ y sinceramente veo que no es tanto mi experiencia sino una experiencia condicionada que es compartida por la gran mayoría de la sociedad, un conjunto de seres aislados cuya ´experiencia propia´ no les permite colaborar en unión a otros seres por un mundo más sencillo y compasivo.


6 comentarios:

  1. Nada que añadir, nada que quitar, pura lucidez expresándose.

    Gracias Goyo.

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  2. Gracias Inma,

    A mi me sucede a veces leyendo a hermanos de los blogs que me quedo como mirando un amanecer, o escuchando un trino de pájaros... y simplemente gozo compartiendo lo que allí se expresa.

    Un cariñoso abrazo.

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  3. Goyo cito A.H.Almaas:

    "No hay nada malo en tener una personalidad. Has de tener una. No podrías sobrevivir sin ella. Sin embargo, si tomas la personalidad como aquello que realmente eres, entonces estás distorsionando la realidad porque tú no eres tu personalidad".

    No hay nada de malo en las experiencias, si sirven para desenvolverse en este sistema montado por estas mentes....

    Los apegos, deseos, prejuicios, etc... son juegos del Ego para darse más importancia... pura ilusión...

    Gracias por la entrada! Un fuerte abrazo!

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  4. La no-violencia se ha pregonado una y otra vez en política, en religión y por diferentes líderes. La no-violencia no es un hecho, tan sólo es una idea, una teoría, un montón de palabras; el hecho real es que somos violentos, es un hecho, es ‘lo que es’. Pero no somos capaces de comprender ‘lo que es’ y por eso, inventamos esa tontería que llamamos la no-violencia, lo cual genera un conflicto entre ‘lo que es’ y ‘lo que debería ser’. Mientras persigamos la no-violencia estaremos sembrando la semilla de la violencia; es algo tan obvio. Así pues, ¿podemos mirar juntos ‘lo que es’ sin evadirnos, sin ningún ideal, sin reprimirlo o escapar de ‘lo que es’?

    Existen diferentes formas de violencia. ¿Debemos investigar cada tipo de violencia o abarcar toda la estructura de la violencia? ¿Debemos mirar todo el campo de la violencia o sólo una parte de ella?... La fuente de la violencia es el ‘yo’, el ego, el mí que se expresa a sí mismo de muchas maneras: en la división, en el tratar de convertirnos o ser alguien más, lo cual en sí mismo es una división del ‘yo’ y el ‘no yo’, del cons

    La violencia no sólo es matar a otro. Hay violencia cuando uno emplea una palabra agresiva, cuando hace un gesto de desprecio a una persona, cuando obedece porque tiene miedo. De modo que la violencia no es sólo la matanza organizada en nombre de Dios, en nombre de la sociedad o del país, la violencia en mucho más sutil, más profunda, y estamos investigando la profundidad de la violencia en sí misma. Cuando dice que es indio, musulmán, cristiano, europeo o cualquier otra cosa, está siendo violento. ¿Sabe por qué es violento? Porque se está separando del resto de la humanidad. Cuando se separa a sí mismo por creencia, por nacionalismo, por tradición, eso genera violencia. Así pues, un hombre que quiere comprender la violencia no pertenece a ningún país, a ninguna religión, a ningún partido político o sistema, sino que se interesa en comprender a la humanidad. JKOnline

    La guerra, es la violencia es su máxima expresión. Donde la destrucción y la muerte, también es a su máximo nivel. Ahora, hoy, los hombres, llamados los más civilizados, lanzan miles y miles de toneladas de bombas sobre un país.
    ¿Por qué hacen esto? Lo hacen por envidia, celos, odio y miedo, por expandir sus intereses, es decir, por egoísmo. La guerra, es la acción del "yo" de una manera desenfrenada y casi demente, justamente cuando el hombre contiene su máxima energía destructiva. Sabemos justificarlo todo; y, la guerra también la justificamos. Toda justificación es infinita, pero toda negación también lo es. ¿Qué podemos hacer para que los asesinatos en masa, que es la guerra no sea? Se pueden hacer muchas cosas, pero la principal es erradicar, primero que nada, la guerra que hay dentro de nosotros. Sino, qué sentido tiene todo lo que hagamos. Sería como intentar apagar un fuego, pero a la vez darle más combustible. Por tanto, descubramos qué es lo que da vida a esa guerra, que es tan nuestra, que la llevamos todos los días para el al combate. No esperes que alguien te solucione esa guerra que hay dentro de ti, pues las bombas siguen cayendo, destruyendo las personas y toda la vida.

    Para que cese la violencia y la guerra. Mientras no haya un cambio en la moralidad, siempre habrá guerra. ¿Qué diferencia hay entre Obama y Bush? No hay ninguna, porque los dos tienen la misma moralidad. No tienen la sensibilidad desarrollada, para darse cuenta que los problemas no se solucionan con violencia, lanzando millones de bombas, haciendo la guerra. Su sensibilidad es, la del egoísmo, no importa a quiénes tenga que asesinar y destruir, la cuestión es que tienen que seguir con su vida inmoral, derrochadora y despilfarradora. Y, mientras no cambie de paradigma, la moral, seguirán asesinando a seres humanos inocentes y vulnerables. T. Segarra

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  5. Nuestra experiencia es el estado de la conciencia captando una totalidad de sensaciones, inspiraciones, sentimientos, sentidos, que reunidos en su totalidad expresan una verdad silenciosa, un conocimiento que no necesita palabras/conceptos.

    X - "Mi experiencia" es que una vez que tu Goyo reúnes esa totalidad de una instante, la conceptúas con titulo incluido.

    Juan_Ma_XXX

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  6. Gracias a todos por los comentarios y por compartir conmigo estas reflexiones. No os he contestado a vuestros mensajes porque he estado ocupado en un encuentro de amigos de Krishnamurti en Segovia (España) y acabo de aterrizar en casa.

    Un abrazo para todos y gracias.

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