miércoles, 1 de junio de 2011

¿Por qué no cambiamos?

Habría que preguntarse ¿qué es lo que queremos cambiar? Seguramente nuestra intención de cambiar no es otra que seguir acumulando, lograr lo que no tenemos, conseguir lo que nos falta, dejar de sufrir o de sentir este vacío y hastío de uno mismo.

Es triste ver a las personas como se afanan en que su supervivencia sea lo más segura y estable posible. Los que no tienen nada quieren que al menos puedan comer un día sí y otro no, encontrar desperdicios de comida en un cubo de basura, poder recoger unos cartones donde dormir o que puedan obtener cobijo en un albergue y poder lavarse en alguna fuente o lugar público. Este tipo de personas son despreciadas por la sociedad, los miramos con temor como si fueran contagiosos o nos fueran a hacer daño, les echamos de los parques o de las aceras y no nos importaría que se murieran en algún lugar oculto, sufriendo su propia agonía y fuera del alcance de nuestros ojos.

Luego están los que tienen, los que comen todos los días e incluso se permiten el lujo de ser vegetarianos, macrobióticos o guardar algún tipo de dieta, los que tienen alguna propiedad y están pensando en comprar alguna otra, los que se van de vacaciones todos los años, los que tienen un montón de libros en la estantería, los que tienen amigos y se entretienen jugando.

¿Qué relación hay entre los que tienen y los que no tienen? En esta sociedad que hemos creado todos, los que tienen quieren tener más y, como los bienes no son producto de la magia, el beneficio que uno obtiene es a costa de alguien que se empobrece.

Querer tener más es un movimiento de separación del prójimo. Algo muy diferente es querer tener lo que necesitamos y más allá de lo que necesitamos deberíamos compartirlo o al menos tener una actitud de gratitud y generosidad con el prójimo.

La pobreza de un ser humano es tu propia pobreza, y el sufrimiento de un ser humano es tu sufrimiento. Uno puede mirar hacia otro lado o ser insensible pero inevitablemente por mucho que te creas diferente a otro, serás pobre y sufrirás.

No hay mayor pobreza que la espiritual, que la ignorancia, que la vanidad y esa misma sensación de tener es la otra cara del sufrimiento.

Queremos cambiar pero no queremos que nadie nos toque el dinero del banco, no queremos cuestionar nuestros hábitos o costumbres, no queremos desprendernos de nuestras posesiones o recuerdos, de la imagen de nosotros mismos, de nuestros libros, de nuestras relaciones burguesas.

Estamos apegados como lapas a la roca y no queremos soltarnos porque caeríamos al mar y entonces nuestro destino ya no dependería de nuestro pensamiento, de nuestro pasado, sino de percibir el movimiento de las olas y del fluir de la existencia.

¿Por qué somos tan mezquinos y convertimos nuestra vida de relación en un intercambio mercantil? Apenas hacemos nada por pura bondad, por necesidad del otro, nunca nos permitimos perder, siempre estamos buscando la oportunidad y sacando provecho incluso de los que menos tienen. No es extraño que haya tanta soledad y tanto malestar en nosotros si no somos capaces de dar algo que ni siquiera es nuestro, de poder compartir al menos una sonrisa de corazón sin que sea pura apariencia tras un propósito.

¡¡Queremos cambiar!! Pura hipocresía, puro egoísmo, queremos seguir siendo seres carentes, incompletos, insuficientes, que van tras la sombra que ellos mismos reflejan. Todo ese mundo de sentimentalismo, de romanticismo, no es más que la necesidad de encontrarnos con nosotros mismos a través del otro y lo que estamos haciendo con ello es frustrarnos en cada intento hasta que por fin siendo ya viejos desistimos.

No solo no queremos cambiar sino que en nuestra amargura queremos arrastrar a los que están con nosotros y hacemos todo lo posible para agarrar a quien sea mientras nos ahogamos.

Querer cambiar es una llama en el interior del alma que cuando surge arrasa con todo, con el sentido mercantilista, con tus planes, con tu idea de ti y de los demás, y en definitiva con ese ser que se siente separado de lo demás. Si ese no es tu caso, entonces es que no quieres cambiar sino más bien reforzar tu ego, sostener tu autoengaño o autocompasión, y seguir estando solo en mitad de una multitud.

Aunque solo sea por un instante, olvídate de ti mismo, déjate a un lado,  mira a los demás sin interés alguno, date cuenta de su soledad, siente sus temores, sus preocupaciones, son seres vivos como tú con una gran belleza que necesitan ser abrazados al igual que tu…. no te lo pienses más y abrázalos con el corazón.

8 comentarios:

  1. Hermoso Goyo!

    Como dice Mooji:

    "Nada es gran cosa realmente... Nada impresiona ya al ser... La vida es espectacular. Yo también la gozo, pero no estoy hambriento de ella... No hay nada más hermoso que encontrarte a ti sin tu historia... Apártate y besaré los pies de lo que queda..."

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  2. Por lo general cuando utilizamos la expresión "quiero cambiar", nos referimos a una decisión consciente nacida de un lugar poco verdadero, con un próposito concreto.

    El cambio surge de una necesidad absolutamente arrolladora que no cuenta con nosotros, simplemente se abre camino por encima de nuestra voluntad y de esa manera empecinada en la que nos aferramos a todo aquello que nos es conocido, admitido o asumido. En la mayoría de los casos, el cambio, es un proceso doloroso que una vez despejada la tormenta, nos muestra un paisaje luminoso, fresco y claro. ¡¡Mereció la pena!!

    Gracias Goyo por darnos la oportunidad de pararnos a mirar aquello que forma parte de nuestras vidas y que obviamos continuamente.

    Inma

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  3. Hola Gorka,

    Gracias por tu visita y solamente repetir eso que expresas de que la vida es espectacular, un sueño maravilloso, un despliegue de dimensiones que se muestran en ese espacio infinito de una mente universal.

    Un abrazo corazón.

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  4. Hola Inma,

    No dejas de impresionarme con esas observaciones tan sencillas y a la vez profundas. Cuando participas con tus comentarios me invade un sentimiento de que algo bello y hermoso toca esta humilde página de un ser humano que solo pretende compartir su ignorancia.

    Gracias Inmaculada por ofrecernos a todos tus palabras, esas que están tan agolpadas en tu garganta esperando la oportunidad para expresarse y te animo, aún más si cabe, a compartir con todos nosotros tus reflexiones.

    Un dulce abrazo, amor.

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  5. Magnífica reflexión Goyo!

    En realidad es la persona la que quiere cambiar y es totalmente lógico que así sea!

    Nadie puede soportar verse así, tal cual es, sea como sea que se ve a sí mismo, porque todos mal que mal reconocemos que lo que vemos NO SOMOS NOSOTROS MISMOS!

    A nadie le gusta esta imagen que refleja el espejo de la mente, porque nosotros no cabemos allí!

    Parece una paradoja, pero es simple en realidad, y es que el ego siempre está identificado con el cuerpo y la energía que es cambio continuo, pero NOSOTROS, el Yo que somos, somos el trasfondo sobre el que todos esos cambios se producen y el ego jamás podrá llegar ni a parecerse, por más que cambie y se acomode!

    Buscamos cambiar para adaptarnos... es el ego el que busca subsistir, como bien dices, nosotros somos los testigos silenciosos de todo este devenir!

    Y si esa observación serena, desapegada, le agregamos Amor impersonal, llegamos a experimentar lo que dices sobre el final... Amar al prójimo seguro de que somos nosotros mismos en otro envase! Así de sencillo!

    Primero amemos y el Amor nos irá indicando el camino hacia la verdadera sabiduría!

    Por eso me encanta el nombre de tu espacio: AMOR A LA VERDAD!

    Gracias Goyo, hermano querido! Por tanta inspiración!

    Un abrazo eterno en el Amor que se hacer Verdad en los corazones iluminados!

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  6. Ese cambio que queremos hacer ¿con que motivo?.
    Nos sentimos frustrados. Y cambiamos de coche, de pareja, de religión, de partido político, o de hobbie, con el propósito de conseguir aquello tan anhelado: la felicidad.
    Y, como tú bien dices, no cambiamos nada. Seguimos aferrados a los mismos pensamientos, al mismo Ego, a las posesiones, porque nunca dejamos de identificarnos con lo "mío", con lo "que necesito", con lo "que sufro", con lo que "soy"... (círculo vicioso).

    "Aunque solo sea por un instante, olvídate de ti mismo, déjate a un lado, mira a los demás sin interés alguno"
    Y mírate a tí mismo sin interés alguno.

    ¿Cómo esperar que los demás, llenos a rebosar de prejuicios y de insatisfacciones, vean más allá de sus ojos?
    Esa búrbuja de la cual no se quiere salir, o se desconoce que existe. Esa armadura que no deja entrar ni salir nada...

    Un abrazo

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  7. Hola Willy,

    Cuando dices eso de ´Primero amemos y el Amor nos irá indicando el camino hacia la verdadera sabiduría!´, me hace ver que el primer paso es el último. Parece una paradoja pero antes de nada para descubrir uno ha de ser libre de sus ataduras, uno ha de amar, y será esa libertad y ese amor quienes nos vayan indicando el camino de esa verdadera sabiduría.

    Gracias Willy, es sorprendente verme tan unido a personas que ni siquiera conozco.

    Un abrazo, hermano del alma.

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  8. Hola Mª Carmen,

    Gracias por esas palabras que muestran el gran circulo visioso en el que nos movemos... buscamos la felicidad a través de logros o deseos cuando esa felicidad está en nosotros mismos sin necesidad de nada.

    Es importante que hagamos conscientes, que nos demos cuenta, que observemos lo conocido, lo que hacemos, pensamos y sentimos, para que ese circulo vicioso se diluya en el espacio como una pompa de jabón sobre un susurro.

    Un abrazo infinito.

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