lunes, 11 de julio de 2011

El apego

A veces me pregunto porque nos apegamos tanto a ciertas personas, o nos apegamos a nuestros animales, plantas, casas, objetos, recuerdos, ideas.

¿Por qué nos apegamos?

Quizás uno ha tenido una experiencia bonita, algo realmente hermoso y evidentemente no quiere de ningún modo que ello termine. El apego tiene muchas caras, muchos aspectos, y no es fácil discernir con claridad cuáles son sus ramas y hasta donde se extienden sus raíces.

Sería importante darnos cuenta de que estamos apegados, comprender que hay un sentimiento de deseo y placer, que a la misma vez nos crea una sensación de dependencia o de ansiedad que nos hace querer estar con la otra persona o con lo que estemos apegados. En dicho apego nosotros quedamos menospreciados, es como un auto desprecio en favor del aprecio del otro.

Algo que es tremendamente revelador es observar las consecuencias del apego. El apego crea dependencia y donde hay dependencia hay explotación y por consiguiente conflicto y dolor. Esto no es una cuestión teórica ya que lo podemos observar en nuestra vida cotidiana en relación con los amigos, los familiares o las relaciones laborales.

¿Se pueden solucionar los problemas entre amigos o familiares? Difícilmente se puede solucionar problema alguno si no partimos de que en principio es necesario que no haya apego, porque de otra forma la solución que se encuentra al problema se basa en el miedo a perder a la otra persona o en el miedo a estar solos o en el miedo a no seguir obteniendo algún tipo de favor o beneficio.

El apego no permite que seamos seres libres, capaces de actuar sin temor, es un sentimiento malicioso ya que lo que lo sostiene es el beneficio que obtenemos de la relación.

No somos conscientes del tremendo peligro del apego. El apego conduce al auto maltrato y puede llegar al asesinato o al suicidio, aunque siempre se viste de una historia de amor y de pasión.

El verdadero sentido de la relación no es el beneficio propio ni el beneficio común. El sentido de la relación es la liberación de uno mismo y de la búsqueda de todo beneficio, encontrando en el otro tu propia conciencia, tu misma esencia. Cuando la relación se da, no hay beneficio alguno, no hay placer, no hay deseo, solo hay una unión donde las partes han desaparecido y por consiguiente ya no tiene sentido apego alguno.

¿De qué sirve que hablemos sin no somos capaces de que las palabras nos afecten?

¿Cuando oímos hablar del apego tiene eso alguna repercusión sobre nuestra vida diaria?

Cuando uno comprende el apego su vida ya no es la misma, ya no es más su vida, aunque uno pierda hasta la ropa, los hijos, las ideas, las creencias, los valores, las ilusiones, las esperanzas, el futuro y el pasado. Entonces la vida cobra otro sentido, vienen aires nuevos y se respira a tierra mojada mientras uno camina por la montaña junto al rocío de la mañana a la vez que los primeros rayos de sol aparecen entre los robles.

Honestamente ¿Hay apego en tu corazón? ¿Hay apego en tus relaciones? Si es así, ¿Qué harás? ¿Seguirás racionalizando aún más tu forma de conducirte o seguirás justificando que todo el apego es por el profundo sentimiento de amor que tienes? Si comprendes que cualquier racionalización, análisis, justificación o sentimentalismo lo que hacen es perpetuar tus apegos, ¿Qué harás?



6 comentarios:

  1. ¿Quien se apega? ¿Es real eso que quiere apegarse para provecho propio?

    Ja!!!

    Un abrazo y gracias Goyo!

    _()_

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  2. Hola Gorka,

    Por supuesto que es real eso que quiere apegarse, si entendemos por real todo aquello que ha producido la mente. Las ideas son reales, y tienen consecuencias sobre el ser humano y sobre la naturaleza, pero esas ideas no señalan ninguna verdad, ningún hecho.

    El Yo es una idea real, es la suma de los apegos. El sentimiento de apego es una idea que produce una sensación real de seguridad psicológica y si la observamos podremos ver que también produce una inseguridad física, conflictos, y dolor.

    Un abrazo.

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  3. Eso que quiere apegarse no es el ¿ego? o ¿mente condicionada? o ¿historia personal? ¿Estás seguro de que eso es real? ¿Estás seguro de que todo aquello que produce la mente es real? ¿O es ilusión?

    No será lo Real o Verdadero e inmutable, aquello que permanece sereno de fondo, de donde brotan todos los pensamientos?

    Y si el Yo del que hablas (como suma de apegos) fuera ilusorio, ¿no seguiría produciendo sufrimiento?

    Otro abrazo Goyo!!

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  4. Hola Gorka,

    Quizás es necesario distinguir en el hablar o comunicar el significado de las palabras realidad, ilusión y verdad.

    Una ilusión es una realidad. Tener ilusiones es una realidad... el objeto de la ilusión o lo que pretende conseguir la ilusión no es una realidad.

    Un pensamiento sobre una manzana es una realidad, pero la manzana no es real... ver, percibir o comprender este tipo de confusión, si es que existiera, sería una verdad.

    La palabra no es la cosa, la palabra es un simbolo que señala una realidad, aunque esta realidad sea una simple idea.

    La idea del Yo es una realidad, es un hecho. Es la idea lo que es un hecho, y el Yo no tiene existencia como objeto. ¿No se si se entiende, aunque más bien parece algo muy simple de ver?. El verlo o el comprenderlo sería el movimiento de la verdad.

    Un abrazo

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  5. No estoy tan seguro de que una ilusión sea una realidad...

    No estoy tan seguro de que un pensamiento sobre una manzana sea una realidad... De donde brota el pensamiento es la única realidad.

    Un abrazo!

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  6. Goyo echa un vistazo a lo que Maria Luisa comenta en su Foro "Conciencia Esencial" sobre estos diálogos que hemos mantenido en esta entrada. Creo que puede clarificar muchas cosas. Un abrazo!!

    http://concienciaesencial.lefora.com/2011/07/15/ilusion-realidad/

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