martes, 9 de octubre de 2012

El mundo psicológico


Los seres humanos hemos inventado un aspecto de la vida que es puramente psicológico, que no tiene relación con los hechos que vivimos en la vida cotidiana y que únicamente tiene relación con la psique humana en el sentido que es algo imaginado.

Uno puede pensar que fumar le proporciona placer y puede dedicar gran parte de su dinero y de su tiempo a respirar humo pero lo cierto es que la idea de fumar o la idea de placer es algo puramente psicológico y no tiene nada que ver con el verdadero placer de vivir. Respirar humo en lugar de aire no tiene nada de placentero además de limitar en gran medida nuestra vida diaria y poner en perjuicio la salud. Uno puede pensar que ha elegido fumar y que es libre de hacerlo y quizás por ello el autoengaño se sostiene en gran medida, pero lo cierto es que lo han elegido otros por uno y que cuando se tiene el hábito de fumar ya no se es libre de dejarlo.

La palabra idea significa imagen, observación de algo. La palabra manzano es una idea de un árbol que da manzanas. Las ideas son necesarias porque sirven entre otras cosas para poder comunicarnos y expresar objetos sin necesidad de tenerlos delante de los ojos.

De lo que no cabe duda es que las ideas tienen una utilidad precisa y preciosa cuando señalan algo real y que son las ideas las que han hecho posible alcanzar ese desarrollo tecnológico que existe hoy en día y que de alguna forma nos ha hecho a la especie humana ser más adaptativos al medio. Sin embargo no podemos perder de vista que una idea también puede indicar algo inexistente y es ahí donde las ideas pueden complicarnos enormemente la vida hasta el punto de matarnos unos a otros por una simple idea.

Los seres humanos hemos inventado ideas inexistentes o falsas con el objeto de manipularnos los unos a los otros y hemos sido tan extremadamente creativos en la invención de ideas falsas que hoy en día no somos capaces de ver con claridad cuando expresamos una idea objetiva o real o cuando estamos expresando una idea subjetiva o falsa.

Para que una idea sea objetiva siempre ha de señalar a un objeto real, mientras que una idea falsa no señala a un objeto real sino a algo puramente subjetivo o está señalando a su vez a otra idea.

Si decimos que un buen cristiano cuando muere va al cielo, la palabra cielo es una idea de una idea y por consiguiente no tiene existencia real y es una idea falsa. Da igual donde vaya o no vaya ese buen cristiano cuando muera pero de lo que no cabe duda es que no irá al cielo porque sencillamente el cielo es una idea sin objeto real.

El ser humano necesita distinguir entre ideas que señalan a un objeto y que se podrían llamar hechos e ideas sin objeto que podríamos llamar ideas psicológicas que tiene como consecuencia que dicho ser humano vive en un mundo psicológico que no le permite ver la realidad.

El mundo psicológico en el que viven las personas es un mundo de dualidades, de individualidad, de soledades, de egoísmo, de envidia, de ansiedad, de sensacionalismo, de temor, de sufrimiento, de conflicto, de violencia, y en definitiva de ignorancia porque han sido las ideas falsas y no los hechos los que se han apoderado de la percepción humana.

La cultura y la tradición nos han educado en la idea de llegar a tener una personalidad basada en la elección de ideales, creencias y valores. El hecho es que no somos nosotros quienes eligen libremente nuestras ideas sino que son inculcadas por las circunstancias que nos rodean. Sin embargo, lo curioso del asunto es que, creemos que somos nosotros mismos quienes hemos elegido nuestra religión, nuestro partido político, la carrera que hemos hecho, nuestra pareja, nuestras opiniones, el gusto o el rechazo por las cosas, etc.

No existen ideales, creencias y valores buenos o malos, sino que todos ellos son ideas falsas que conducen nuestro destino alejados de la realidad que vivimos y nos hace estar en conflicto con dicha realidad.

Si tenemos en cuenta que las ideas psicológicas no tienen realidad alguna y son ellas las que dirigen nuestra vida, podríamos decir sin ningún lugar a duda que nuestra vida es un puro engaño, un desatino, una estupidez. Sobre todo porque se llega a confundir la propia idea psicológica con la realidad misma, lo que nos convierte en defensores radicales y obsesivos de ideas falsas que consumen gran parte de nuestra energía y salud mental.

Hemos aprendido a creer en lo que nos han dicho y hemos aprendido a creer en lo que creemos y cuando eso ha ocurrido, dar marcha atrás es casi imposible. Cuestionar o dejar una creencia propia es una labor con una gran dificultad. Quizás la dificultad radica en el uso frecuente que hacemos de dicha idea. Si una idea la estamos continuamente nombrando nos dará la sensación de ser un hecho y por mucho que alguien trate de decirnos lo contrario no lo veremos y pensaremos que intentan engañarnos.

El mundo psicológico que se ha formado en nuestro cerebro es un conjunto de ideas estrechamente relacionadas entre sí que han creado una unidad coherente que se resiste al cambio. La principal consecuencia de las ideas psicológicas son el egocentrismo, el egoísmo, la envidia, el deseo de ser o conseguir más y más. Las consecuencias del egoísmo son el conflicto continúo y el sentimiento de soledad, la ansiedad y el apego, con todas esas manifestaciones emocionales de placer, temor y sufrimiento.

¿Cómo va a relacionarse un ser humano con otro si no distingue esa falsedad social y cultural de las ideas, creencias y valores? ¿Cómo va a tratar un psicólogo a su paciente si él mismo es una puro engaño psicológico? ¿Cómo va a tratar un padre a su hijo si se guía por tantas ideas falsas?

Es hora de que el ser humano ponga las cosas en su sitio y que se dé cuenta que todas las ideas que no señalan realidad alguna no deben ocupar espacio en su mente, entonces esa mente contendrá un gran espacio y sensibilidad.