martes, 12 de abril de 2011

Encuentro en Bilbao 2011

Este fin de semana pasado he estado en un encuentro entre amigos de Krishnamurti, organizado por personas de Bilbao en la Casa de Espiritualidad María Reparadora en un lugar encantador rodeado de grandes avenidas ajardinadas y un paseo marítimo lleno de frescor y hermosura.

Un encuentro, de este tipo, es un espacio libre de autoridades o gurús cuyo objetivo es dialogar y percibir al respecto de los problemas y conflictos que envuelven la vida del ser humano, de tal forma que se crea un ambiente propicio para aprender juntos, compartir juntos, pensar juntos y percibir no solo el condicionamiento humano sino aquello que está más allá de dicha limitación. Esta vida cotidiana que vivimos con el trabajo y las responsabilidades que tenemos es tan superficial que es necesario crear este tipo de encuentros, lo cual se puede hacer en cualquier lugar que posibilite de la forma más sencilla el reunirnos y dialogar.

El tema elegido para dialogar fue la relación y el conflicto, asunto que tratamos con bastante acierto pues enseguida vimos y vivenciamos como nosotros mismos somos quienes con nuestro pensamiento creamos y alimentamos el conflicto al no admitir los problemas que surgen en nuestra vida queriendo cambiarlos sin ni siquiera comprenderlos. Vimos interesante distinguir que un problema es algo que surge y que necesita ser comprendido y que un conflicto es un problema que no admitimos y que queremos cambiarlo o eliminarlo, lo cual supone un gran derroche de energía porque lo que hace es agravar el problema.

Otro asunto que surgió fue ¿qué es una investigación y si podemos hablar sin teorizar basándonos en nuestra experiencia personal?, y curiosamente nos dimos cuenta que hablar desde nuestra experiencia personal, desde nuestras opiniones o ideas, prejuicios o creencias es teorizar. Vimos que la investigación es un proceso de observación donde es necesario comprender los límites del conocimiento.

Otro aspecto que tratamos fue sobre esos recuerdos del pasado llenos de belleza o gozo que nos gustaría volver a tener y nos dimos cuenta que el deseo de volver a tenerlos es lo que impide ese gozo y belleza del vivir en el presente.

También tuvimos nuestros momentos de enfrentamiento, de ira, de emoción, cuando defendíamos nuestras ideas en contraposición a las de otros. Uno de esos momentos fue cuando pensamos que en el grupo de diálogo había personas con una mayor sabiduría que pueden ayudarnos a comprender. En ese sentido algunos expresamos que da igual escuchar una verdad o una falsedad si no somos capaces de percibir y darnos cuenta de que hay verdades falsas y falsedades con tintes de verdad.

Uno de los momentos mas bellos del diálogo fue cuando una persona mostró de una forma espontánea y transparente su dolor, y pudimos sentir que era nuestro propio dolor y el dolor de toda la humanidad que está en nuestro pasado y que no queremos ni siquiera ver. Hubo un gran silencio y la angustia atravesó nuestro corazón desnudo.

También se habló del silencio y de la necesidad de hacer momentos de silencio y mientras unos pensaban que el silencio provocado no es silencio verdadero, otros pensaban que el silencio servía para calmarnos y ponernos en una disposición mejor para el diálogo. Se habló de un silencio entre dos sonidos, entre dos pensamientos, del silencio donde surge la palabra y del silencio que es la comprensión del pensamiento.

Una de las investigaciones que más dio lugar a profundizar durante algo mas de dos horas fue sobre la relación entre el pensamiento y el cuerpo. Pudimos ver como el pensamiento está continuamente dañando el cuerpo con sus ideas, incluso con esas ideas de sanarlo a través de medicamentos y como el cuerpo a pesar de todo está continuamente sanándose. Cuestionamos que era un cuerpo libre de pensamiento y sentimos que el cuerpo no solo tiene una inteligencia ilimitada sino que trasciende más allá de la idea que tenemos de él.

Otra de las preguntas que surgieron fue ¿qué es lo que tenemos que hacer, para que estamos en esta vida, quienes somos?, y nos dimos cuenta con bastante claridad que todas esas preguntas surgen del pensamiento, son puro pensamiento en su intento de sobrevivir y que más allá del pensamiento todo cobra el verdadero sentido sin necesidad de racionalizarlo.

También dijimos que en estos encuentros, o en la vida cotidiana, no se trata de aprender algo concreto sino de descubrir lo que es aprender, de igual forma que lo importante no es mirar lo que uno quiere ver sino el mirar mismo, o escuchar lo que a uno le agrada sino el mismo escuchar.

Tuvimos la oportunidad de hablar con las monjitas y fue curioso sentir esa inteligencia y esa bondad de la que habla K.

El encuentro estuvo lleno sorpresas, de afecto, de emociones, de  profundos silencios, de risas y lágrimas, de paseos por el mar, de abrazos, de momentos de luz y de sombras.

Solo queda dar las gracias por todo ello.

4 comentarios:

  1. Sin duda una experiencia trascendente, en un lugar casi mágico, rodeados de las vibraciones de K.

    En estos encuentros almicos sanamos muchas heridas, nos reflejamos en el otro, porque somos el otro.

    Al compartir vivencias experimentamos un profundo gozo y la dicha de la tarea cumplida.

    Me gustó mucho ésta frase...

    " En ese sentido algunos expresamos que da igual escuchar una verdad o una falsedad si no somos capaces de percibir y darnos cuenta de que hay verdades falsas y falsedades con tintes de verdad".

    Jiddu era un alma evolucionada un maestro del amor.

    Gracias Goyo!

    Abrazos.

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  2. Gracias Adriana,

    Ciertamente los demás son espejo en el que nos podemos ver y conocer a nosotros mismos pero cuando juzgamos, criticamos o alabamos, a los demás nos separamos de ellos y por tanto nos alejamos de nosotros mismos y perdemos la posibilidad de aprender juntos.

    Un abrazo, alma.

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  3. Hola Goyo, otra cosita más que debatimos fue una pequeña investigación que dejamos para continuarla cada uno en su terruño, ¿qué nos impide mantener la llama encendida en este encuentro, en nuestros lugares de residencia habitual?
    Sigo en ello y comunicaré lo observado.
    Un saludo.
    Pedro

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  4. Apreciado Pedro,

    Con esas palabras solo quise dar unas pinceladas del encuentro y por supuesto que dialogamos sobre bastantes más asuntos y que sucedieron un sinfin de momentos entrañables.

    Quizás esa llama que surje en los encuentros se apaga con la carga de los hábitos, del trabajo, de todos esos compromisos y ocupaciones que envuelve nuestra vida diaria.

    Sin embargo siento que cada instante de nuestra vida, cuando nos levantamos por las mañanas y observamos esa luz que surge en el horizonte anunciando un nuevo día o cuando escuchamos el cantar de un pájaro o nuestro propio corazón latir... es un encuentro con esa llama que sostiene la vida.

    Un abrazo para tí y para esa compañera que siempre nos regala en estos encuentros la posibilidad de investigar sobre realidades.

    Ya sabeis que os llevo en el corazón desde ese preciso instante en que nuestras vidas se encontraron.

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