Me pregunto si acaso los seres humanos nos damos
cuenta del valor y del significado de nuestra existencia.

Nosotros no hemos sido quienes han creado la
vida. Da la sensación como si la vida hubiera sido creada por la propia
materia, pero ¿Cómo es que la materia ha creado la vida? ¿Acaso la materia
tiene alguna inteligencia capaz de organizarse para crear la vida o es la vida
producto del azar, de la casualidad?
Sea lo que sea que ha creado la vida ha de ser
inteligente. Por lo tanto o la materia tiene en esencia inteligencia o es la
casualidad la que ha de tener alguna inteligencia.
¿Qué es la casualidad? Conceptualmente la
casualidad es algo que no tiene causa, es en sí mismo su propio principio y su
propio fin en un movimiento eterno. Si bien el mundo físico parece que atiende
enteramente a la ley de causa y efecto, pudiera ser que estuviéramos a la vez
en una dimensión donde se estuviera dando la ley de la casualidad, donde puede
suceder cualquier acontecimiento por muy ilógico que resulte y quizás la vida
es uno de esos acontecimientos en donde la razón no tiene acceso.
Por otra parte ¿Qué es la materia?
Indudablemente la materia es espacio, pero ¿habrá algo en ese espacio? Si
pudiéramos profundizar más y más en ese espacio seguramente encontraríamos más
espacio, un espacio tan grande como el universo donde ocurren sucesos energéticos
a modo de cargas danzando en el vacío de la existencia.
Es curioso pero al ser humano en general ni le
gusta el espacio, ya que está continuamente huyendo de su propio vacío, ni le
gusta la casualidad porque su mente lógica se basa en lograr lo que a priori
planeo.
Eso hace pensar que la lógica o la mentalidad de
los seres humanos tiene poco de inteligencia y que con la lógica no vamos a
llegar muy lejos. ¿Cómo puede un ser que es ignorante volverse inteligente o
que ha de suceder para que los seres humanos actuemos con inteligencia, con esa
inteligencia que nos ha creado?
Para empezar un ser humano que se ha dado cuenta
de que haga lo que haga, planee lo que planee, consiga lo que consiga, es
inútil para encontrar el valor y el significado de su existencia, lo primero
que hace es pararse mentalmente, psicológicamente dejar de contribuir o
colaborar con cualquiera de las películas y batallas que hemos creado, y lo
segundo que hace es sostener o mantener su vida de la forma más sencilla
posible, de tal manera que le permita observar y hacerse consciente de lo que
es.
Lo que es, lo que sucede en cada instante, no es
algo concreto ni fijo, basta con que lo observemos detenidamente para que ello
cambie y se convierta en otra cosa, en otro suceso, en otra energía. Observar
lo que es adquiere un significado extraordinario cuando la observación penetra
en el movimiento de lo que es y descubre su naturaleza última, y es entonces cuando
surge el silencio de la verdad.
Los seres humanos andamos siempre comprando y de
hecho a lo largo de nuestra vida compramos de todo, pero lo que no podemos
comprar es la verdad, ni siquiera una pizca de su belleza.

De la misma forma que necesitamos al universo para
existir también el universo nos necesita a nosotros para su propia existencia, porque
ambos somos un espacio donde se danza en el vacío de la casualidad y del amor.
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