lunes, 1 de agosto de 2011

Vivir de forma teórica o práctica

Esto de la filosofía, del amor a la sabiduría, más bien da la sensación que es algo puramente teórico donde se exponen ideas que tienen cierta belleza pero que en el fondo no tienen un reflejo en la vida cotidiana y por ello la filosofía no parece una ciencia práctica como lo puede ser la psicología, la física, la pedagogía, o la cocina.

La búsqueda de la verdad es como una afición teórica con cierto encanto que satisface al intelecto y que le hace a una imaginar que está tocando los grandes misterios de la vida aunque sin embargo uno continua en la vida cotidiana con sus conflictos y problemas como si no tuvieran ninguna relación con la filosofía.

En la filosofía la palabra o el pensar ocupa un lugar relevante pues en definitiva es el medio por el cual se produce el diálogo, el cuestionamiento y la comunicación que de ello se desprende. Ya de por si la acción de hablar o de pensar la relacionamos con algo teórico, mientras que el hacer o la conducta la relacionamos con lo práctico.

¿Es nuestra vida práctica? ¿Podemos ver si realmente las cosas que hacemos en nuestra vida cotidiana son prácticas?

¿Es práctico estar ocupados siempre en conseguir lo que no tenemos o en conseguir ser lo que no somos?

¿Es práctico trabajar toda una vida por un salario en una actividad que sirve para satisfacer el deseo de lucro de otros?

¿Es práctico pensar como otros nos dicen en lugar de aprender a pensar por nosotros mismos?

¿Es práctico bautizarse, educarse en el colegio, hacer la comunión, estudiar una carrera, casarse, tener hijos, separarse y divorciarse?

¿Es práctico esforzarse toda una vida por obtener conocimiento para llegar a sentir con una profundidad inmensa que uno no sabe nada?

Hay personas que han dedicado más de veinte años a leer enseñanzas sobre el conocimiento de uno mismo y sus vidas no ha cambiado sustancialmente salvo que han envejecido y poco más. ¿Es eso práctico? ¿A que jugaban cuando leían o dialogaban al respeto de esas enseñanzas?, quizás sencillamente estaban teorizando. No es que las enseñanzas sean algo teórico sino que uno nos las lleva a cabo y las convierte en ideas, en conceptos, y en definitiva en teorías.

Nuestras vidas no son prácticas porque se basan en ideas e ideales, en valores y conceptos, en prejuicios y creencias. No es que la filosofía o la búsqueda de la verdad sea algo teórico, más bien es algo totalmente práctico que no queremos llevar a cabo porque nos transformaría a nosotros mismos, nuestra forma de pensar y de sentir, y nos descolocaría psicológicamente de tal manera que no reconoceríamos ni la gente con la que estamos ni el lugar donde habitamos, por esa razón decimos que eso no es práctico y con ello lo convertimos en una idea bonita, inútil e inservible.

¿Queremos ser prácticos? Entonces empecemos amando el origen de la inquietud humana, ese amor por la verdad, esa búsqueda de la comprensión, esa necesidad de conocer lo que se esconde detrás de toda apariencia, y ello solo es posible si dejamos de teorizar y somos honestos, humildes, vulnerables, inocentes y libres de toda coacción.