miércoles, 25 de enero de 2012

Los cumpleaños

En estos días pasados familiares y amigos han cumplido años, y en estos días próximos también cumplirán años otras personas queridas e incluso no faltará mucho para que uno mismo también cumpla años.

Siempre es mi deseo para todos el sentirnos agradecidos por este hermoso regalo que es la vida y si los demás lo permiten poder compartir ese sentimiento con ellos.

¿Qué significa sentirse agradecido? Es algo así como ser conscientes de la oportunidad que supone el vivir para poder sentir y relacionarnos sin límites en este infinito universo del que formamos parte. No es cuestión de dar las gracias a nadie ni a nada, sino de sentir gratitud, de sentir alegría por lo que uno es.

No es necesario que sepamos quienes somos realmente para sentirnos gozosos y agraciados. Nuestra ignorancia no es una justificación para privarnos del gozo que supone el sentirnos agraciados por formar parte de todo lo creado y ser una expresión de la vida.

El agradecimiento del que hablo no surge al compararnos con otras personas al respecto de lo que tenemos (bienes materiales, capacidades, estabilidad emocional, salud, edad…) sino que más bien surge al ser conscientes que existimos y que hay un sinfín de posibilidades de construir nuestra vida con independencia de nuestras limitaciones.

Y aunque en principio pareciera que nuestras limitaciones no nos van a permitir desarrollarnos, la realidad demuestra que son las limitaciones las que impulsan nuestro verdadero desarrollo. Únicamente las ideas de frustración, desengaño, desilusión o depresión son las que verdaderamente nos limitan si no somos capaces que ir más allá de ellas.

Un año nuevo viene y un año más acaba. Cualquier aniversario es una oportunidad para reflexionar y hacer consciente que todo en esta vida es un proceso o un movimiento en el tiempo donde las cosas aparecen y desaparecen.

Es un buen momento para restar importancia a todas esas ideas que suponen una profunda carga psicológica. ¿Qué sentido tiene cargar con los enfados, con los odios, con los rencores?

Si nos fijamos en el tono de voz de las personas o en el nuestro propio, cuando hablamos entre nosotros en la vida cotidiana, en casa o en el trabajo, podremos darnos cuenta que a veces no es un tono afectuoso, educado y respetuoso sino que tiene una cierta carga emocional que intenta decir, de alguna forma, el dolor o el daño que se siente por dentro.

Si aprendemos a hablar con afecto, con independencia de lo que hablemos o de con quién hablemos, aprenderemos a ser más ligeros de equipaje y a sentir la vida con esa sensación de gratitud y belleza.

4 comentarios:

  1. sí, el tono de voz expresa tanto... hace dos horas, entablé conversación con una persona desconocida para mi, y fue precisamente a través del respetuoso y afectuoso tono de voz de los dos - y la comunicación no verbal - que surgió un contacto profundo y bello. creo que no importa tanto lo que hacemos o hablamos, sino más bien el cómo lo hacemos. un dulce abrazo

    ResponderEliminar
  2. Hola Hilde Sofía,

    Podemos aprender de todo aquello que observamos y escuchamos a través de la relación y cuando eso ocurre la observación, la escucha y la palabra adquieren una cualidad diferente.

    Pienso que es interesante observar el sentimentalismo o la emocionalidad que ponemos en el hecho de expresarnos con otras personas. De alguna forma no solo nos comunicamos con ideas sino también con emociones y actitudes que se muestran en la misma expresión y pienso que podríamos hacerlas conscientes en la propia conversación.

    Si estamos en una mesa y alguien te pide que le pases el pan con un tono duro, seco y poco educado, pienso que es interesante preguntar sobre lo que esa persona siente para pedir el pan como lo ha hecho, sin entrar en juicios o reproches. Es decir en lugar de reaccionar y tirarle el pan a la cara, creo que es posible preguntarle con curiosidad sobre lo que le hace expresarse de esa manera, de tal manera que permitimos resolver de alguna forma lo que hay detrás de la emocionalidad.

    Si resolvemos la parte emocional o sentimental que hay en nuestras expresiones puede que nuestras expresiones se vuelvan mas claras, entendibles, precisas y afectuosas, y no damos continuidad a algo que requiere de nuestra atención.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Ah, los cumpleaños !!. Hace casi ya dos meses que fue el mío. En ese día siempre se espera (o al menos yo) que familiares y amigos se acuerden de una.

    Este año, sin embargo, entre esas gratas llamadas, se produjo una sentida ausencia. Cuando al final del día comprendí que esa felicitación no se produciría, lejos de sentirme mal, me recorrió una grata alegría. Aquel hecho, encerraba en sí mismo, el mayor y más bello de los regalos que podría haber recibido. Hizo aflorar en mi, claramente con firmeza, algo que yo ya intuía. Supe del amor y respeto que me tengo a mi misma y por ende, el profundo amor y respeto que siento por los demas. Creo muy sinceramente, que esto es algo imprescindible, para sentirse agradecido por la vida y chispeante por la dicha de vivir, siendo un entendimiento, experimentado y no un concepto puramente intelectual. Solo entonces se comprende, aceptando, ese devenir de los hechos y las personas.

    En cuanto a las palabras, estoy de acuerdo contigo en que hay que hablar con tono y actitud afectuosa, pero yo si creo que el contenido de lo que se dice es importante. No me refiero, claro esta, a que si lo que comunicamos, resulta o no halagador para nuestro interlocutor. Me refiero más bien a que ese contenido, debe responder siempre, a la verdad. A través de ese acto consciente de honestidad, evitar utilizar las palabras como arma arrojadiza o manipuladora, encubriéndolas eso sí bajo un manto de afecto.

    Por lo tanto yo entiendo que, la decencia y el decoro en lo que se dice, es de suma importancia, a la vez que es lo único que nos puede ayudar a resolver el aspecto emocional del que hablas y que supone con tanta frecuencia una gran carga.

    Agradezco Goyo, esta oportunidad que nos brindas de poder participar en este espacio. Siento haberme extendido tanto, un saludo amigo.

    ResponderEliminar
  4. Hola Inma,

    Evidentemente lo que queremos comunicar es importante siempre que no vaya condicionado con cierta emocionalidad porque entonces quizás sea mas importante lo que esconde dicha emoción que el contenido del mensaje.

    ¿Cómo podemos expresarnos con sinceridad o con cierta seriedad si estamos cargando la tinta con sentimientos bloqueados? Por eso cualquier pista que nos ofrece la oportunidad de conocernos, como es la observación sobre la emocionalidad de las palabras, viene bien recibida.

    No se trata de hablar con un tono concreto o una actitud determinada, porque eso ya suppondría una cierta emocionalidad, sino de observar cual es el tono y la actitud que va junto a nuestras palabras, y poder aprender de ello.

    El sentirse agradecido es una energía profunda que abre nuevos horizontes en este camino que es la eternidad.

    Gracias a ti Inma por compartir esas reflexiones llenas de honestidad y seriedad.

    Un saludo amiga.

    ResponderEliminar