miércoles, 30 de enero de 2013

El aburrimiento


El aburrimiento es algo más común de lo que creemos. ¿Cuántas cosas de las que hacemos en nuestra vida cotidiana son producto de nuestro aburrimiento?

El aburrimiento es un estado de insatisfacción donde uno no sabe qué hacer, se encuentra desmotivado, y por mucho que piensa en las posibilidades de hacer una u otra cosa sin embargo no encuentra el empuje necesario para comenzar. Por esa razón el aburrimiento tiene una carga de ansiedad importante.

Cuando somos niños el aburrimiento se muestra como enfado hacia nuestros padres o hermanos y en esos momentos se nos ocurre cualquier travesura con tal de salir de ese estado. Sin embargo cuando somos adultos escapamos del aburrimiento de muy diferentes como ir de compras, llamar a una amiga o apuntarnos al gimnasio para mejorar nuestra imagen y quizás conocer a personas tan aburridas y superficiales como nosotros.

Al aburrimiento se puede llegar de muchas formas. Una de esas maneras surge al finalizar una actividad que estábamos haciendo y nos quedamos un tiempo esperando que surja otra actividad nueva. El propio cansancio de esperar sin hacer nada y viendo que no surge ninguna actividad se produce una especie de molestia personal que se refleja en nuestro estado de ánimo como frustración, apatía e insatisfacción producto de una desmotivación para generar una nueva actividad.

Al aburrimiento también se llega por la rutina de hacer algo, por el hastío o el cansancio de repetir siempre lo mismo, de tal forma que uno acaba insensibilizando y haciendo todo con suma desgana, desmotivación y apatía. Este tipo de aburrimiento es el más generalizado y se podría llamar aburrimiento existencial.

¿Cuál es la causa del aburrimiento? El aburrimiento es una mezcla de tristeza, ansiedad e ira, y como toda sensación la fuente que la origina es el pensamiento.

Si queremos resolver de alguna forma esa sensación de aburrimiento lo que no debemos hacer es escapar inventándonos alguna ocupación que nos haga distraer porque de esa manera estaremos ocultando en nuestro interior la verdadera causa del aburrimiento.

¿Por qué debemos evitar el aburrimiento? ¿Acaso no podemos aprender del aburrimiento? Normalmente cuando nos aburrimos es porque estamos sin hacer nada, con tiempo libre, y es el mejor momento para aprender acerca del aburrimiento porque de otra manera sería bastante difícil.

¿Qué siento cuando me aburro? ¿En que pienso cuando estoy aburrido? ¿Cuál es mi conducta cuando estoy aburrido? ¿Cómo me relaciono cuando me aburro? ¿Cambia mi percepción de las cosas cuando me aburro? ¿Qué pienso al respecto de mi mismo cuando me aburro? ¿Cuándo estoy aburrido de donde surge la motivación o el impulso para hacer una actividad?

¿Por qué cuando me aburro estoy intranquilo y molesto conmigo mismo? Quizás una de las razones de mi molestia es la creencia de que uno debe estar siempre entretenido u ocupado porque de otra forma podrían tacharnos de vagos. También se llega a decir que si estamos mucho tiempo desmotivados y sin hacer nada podemos caer en depresión.

Cuantas personas pagarían por estar desocupadas. Quizás las vacaciones se inventaron por esa razón: estar desocupado, descansando y sin hacer nada. Pero está claro que el ser humano incluso en vacaciones se inventa ocupaciones y a veces hasta tal punto que se convierte en un agobio, lo cual más bien se vuelve algo neurótico.

Otra de las razones que nos produce el aburrimiento es que no nos han enseñado a estar a gusto con nosotros mismos, a ser observadores y atentos a todo cuanto pasa a nuestro alrededor y en nuestro interior, y a la vez disfrutar con ello.

Es obvio que una forma de conocerse uno mismo es observándose en relación con los demás pero no deja de ser también importante verse uno mismo solo, ser consciente de sus sentimientos y pensamientos, y detectar cual es la causa de cualquier alteración corporal o emocional, como por ejemplo el aburrimiento.

Da la sensación que solo nos sentimos cuando nos damos un golpe. Necesitamos prestar atención a nuestro cuerpo, a nuestros sentimientos y disfrutar en esa pasión de conocerse uno mismo.

Si no encontramos una motivación que abarque la totalidad de la vida acabaremos aburriéndonos porque toda motivación que persigue una recompensa acaba siendo un proceso fragmentado que de una forma o de otra acaba en frustración buscando una nueva recompensa.

Quizás en ese conocerse uno mismo está una de las principales motivaciones que el ser humano puede encontrar en la vida. ¿Acaso hay mayor motivación que interesarse por saber quién es uno mismo, descubrir porque pensamos o sentimos de una forma condicionada y que nos hace responder continuamente reaccionando?

¿De qué nos sirve tener miles de motivaciones para lograr miles de recompensas si ni siquiera sabemos quiénes somos y como estamos influenciados y manipulados para desear tales recompensas?

Es preferible aburrirse que optar por motivaciones que han surgido de la televisión o de la sociedad de consumo ya que por lo menos tenemos la oportunidad de mirarnos a nosotros y descubrir quienes somos, y puede que nunca lleguemos a conocernos enteramente pero de lo que no cabe duda es que estaremos siempre motivados para mirar y aprender algo nuevo sobre lo que la vida nos muestre en cada instante.


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