martes, 29 de enero de 2013

El sentido profundo de cuestionar


Cuestionar es preguntar y preguntando es como ha sido posible que los seres humanos nos hayamos ido adaptando más y más al medio en el que sobrevivimos, a la vez que hemos ido desarrollando nuestro propio cerebro.

Hoy en día el cerebro humano está bastante desarrollado debido principalmente al alto grado de conocimiento adquirido y sin embargo su capacidad de cuestionar no parece que haya sufrido ningún cambio.

Uno de los efectos de cuestionar es aprender y es aprendiendo como ha ido surgiendo todo ese conocimiento del ser humano que nos ha permitido descubrir la agricultura, operar un tumor en el cerebro, conocer el código genético o desarrollar sondas espaciales.

Pero también es cierto que hemos desarrollado otro tipo de conocimiento que en lugar de adaptarnos mejor al medio lo que ha conseguido es que el ser humano sea un ser inadaptado con muy poca y escasa capacidad de cuestionar y menos aún de cuestionar su propio conocimiento.

¿Qué es lo que no permite que nos cuestionemos? Pensar que estamos en lo cierto, que tenemos razón, que los malos son los otros, que no estamos equivocados, que no tenemos que dudar, que sabemos lo que es bueno y es malo, que sabemos lo que nos gusta y lo que nos disgusta, esa es nuestra ignorancia.

Mientras el ser humano no se cuestione sus propias autoridades ideológicas, que no le permiten pensar de una forma libre, no podrá mirar a su alrededor y hacerse preguntas para ir más allá de la realidad.

Por esa razón es importante aprender a cuestionarse uno mismo, reflexionar de una forma que se obtenga claridad mental al respecto de nuestros propios pensamientos, sentimientos y actos, pudiendo distinguir aquellas creencias irracionales que sostienen nuestra conciencia y poder encontrar el afecto que nos hace estar en relación con todo.

¿Qué es lo que hará posible que nos cuestionemos? Necesitamos ver con claridad que las consecuencias de no hacerlo es vivir eternamente enfundados en un personaje ficticio, viviendo una vida poco saludable y siendo esclavos de la apariencia. La vida tiene un profundo significado cuando se vive con sencillez mirando a la naturaleza cara a cara y sintiendo toda su fragancia sin necesidad de artilugios.

Puede que seas un político reconocido o un empresario con éxito pero de lo que no cabe duda es que la vida te ha atrapado y que estás metido en un personaje que se cree listo pero que no tiene más inteligencia que un simple mosquito.

Las reglas de este juego que es la vida no las ha inventado el ser humano y por lo tanto vivir para obtener dinero y propiedades dedicando toda una vida a ello es una estupidez.

¿Cómo puede uno aprender a cuestionarse? Desde luego nadie nos puede enseñar porque eso sería volver a esa enseñanza que nos dieron desde pequeños diciéndonos lo que tenemos que pensar sin alentarnos a desarrollar nuestra propia y genuina manera de pensar libremente.

Cuestionar es una facultad inherente al pensamiento humano. Puede que dicha facultad esté dormida por la presión cultural en la que vivimos que nos dice en todo momento lo que hemos de pensar, pero si nos damos cuenta del peligro que dicha actitud encierra sabremos despertarla y preguntarnos ¿Hasta dónde estoy condicionado por unas ideas que he aceptado como verdaderas? ¿Cómo es posible que esté viendo la vida según esas ideas que no son mías en absoluto y que no me permiten ver la realidad tal cual es? ¿Puedo librarme de todo aquello que no sea producto de mi percepción actual? ¿Puedo relacionarme con el prójimo sin prejuicios ni temores?

Cuestionar es vivir apasionadamente, es disfrutar de cada momento, es intentar ver el color verde como tal sin interpretación alguna y disfrutar de su luz, es descubrir y darte cuenta que eres un viajero en el tiempo.

El sentido profundo del arte de cuestionar es despertar nuestra inteligencia dormida, esa capacidad de observar, expresar, comunicar y actuar de una forma totalmente libre.

El cuestionamiento surge en principio como una necesidad de preguntarnos sobre lo que nos está pasando, sobre lo que no entendemos, sobre lo que nos extraña, sobre lo que no aceptamos, sobre ese sentimiento de dolor, miedo o ansiedad, con el único objeto de aprender de ello y sin ánimo de acabar o solucionar nada.

Cuestionar es una forma de observación, de hacer consciente lo que pasa desapercibido por nosotros mismos porque creemos saberlo, de tal forma que aprendemos por el simple hecho de poner verdadero interés y curiosidad en mirarlo. De esa forma aprendemos que una barrera para darnos cuenta de algo es creer que sabemos algo.

Cuando nos estamos sintiendo mal o abatidos por qué ha sucedido tal o cual cosa y lo cuestionamos, llegamos a darnos cuenta que el origen de toda emoción es el pensamiento. Y si cuestionamos el pensamiento nos daremos cuenta que tiene su causa está en la experiencia o el conocimiento adquirido y por eso que nuestras reacciones o condicionamiento psicológico está principalmente en lo que nos han enseñado, aunque también se podría decir en lo que nos han obligado a aprender.

La cuestión es ¿podemos aprender por nosotros mismos o quizás estamos ya demasiado lisiados para tomar las riendas de nuestra vida?

No podemos cuestionar cuando estamos justificándonos, cuando hacemos un juicio de valor, cuando opinamos, cuando criticamos, cuando sacamos conclusiones o expresamos ideas.

Cuestionando esa idea de individualidad de las cosas o de las personas uno puede darse cuenta que es imposible la existencia de algo aislado y separado de todo lo demás y uno puede descubrir que todo está en relación y que uno mismo es la relación. Cuando el prójimo sufre, una parte de ti sufre aunque tú no la sientas o no te hayas dado cuenta de ello, es de locos permitir el sufrimiento ajeno y peor aún sacar provecho de ello.

Actualmente vivimos en una crisis económica que deja completamente a la luz una sociedad hipócrita y corrupta que está permitiendo el sufrimiento humano de una forma completamente despiadada y todos esos políticos y gobernantes siguen trabajando como si tal cosa no fuera con ellos. Desde luego hay una falta de cuestionamiento, inteligencia y sensibilidad en estos personajes que gobiernan los países.

Si miramos la naturaleza podemos apreciar que todo lo que observamos se mueve y se transforma en ese transcurrir del tiempo y el espacio. Quizás dicho cambio lo observamos en mayor medida en los seres vivos porque nacen, se desarrollan y mueren con relativa rapidez. De lo que no cabe duda es que el ser humano aún no ha descubierto en que movimiento de la existencia se encuentra y que más bien anda perdido mirándose el ombligo.

El ser humano necesita descubrir su ignorancia para poder humildemente cuestionar, y desde ese estado de percepción sin límites poder comprender la totalidad de la existencia.



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