Uno está acostumbrado a escuchar que el egoísmo
es una de las actitudes más dañinas que existen en los seres humanos, pero
pienso que esa idea es cuestionable. Estamos tan encerrados en las palabras que
apenas si cuestionamos su significado o la realidad que señalan.
En principio el egoísmo es una actitud de autoprotección
y supervivencia que nos permite preservar la vida en cualquier medio hostil. Nadie
puede negar que quiere lo mejor para sí mismo, lo contrario sería poco
adaptativo y falto de responsabilidad. Y de hecho, con independencia de nuestra
expresión moral o ética, nos pasamos toda la vida luchando por lo que creemos
mejor para nosotros.
Más bien parece que hay un egoísmo biológico que
nos posibilita a tratar de conseguir una estabilidad física y psicológica
natural. Una prueba de ello es esa facultad que tiene el cuerpo de estar
continuamente sanándose.
La cuestión es cómo se llega a determinar qué es
lo mejor para uno mismo.
Cuando aún somos bebés, niños o incluso
adolescentes, nuestros padres, tutores, educadores o la propia social con su
cultura es la que determina qué es lo mejor para uno mismo. Y cuando ya somos
adultos nuestra capacidad de revisar o renovar dicha determinación es casi
nula, entre otras cosas porque nuestra conducta o nuestros proyectos de vida ya
se han establecido en nuestro cerebro desde hace muchos años.
¿Qué es lo que se ha registrado en nuestros
cerebros como lo mejor para uno mismo y que, una vez registrado, nuestro
egoísmo biológico va a hacer todo lo posible o imposible para lograrlo a través
de la voluntad?
Una de las cosas más curiosas que determinaron
nuestros mayores, y la cultura en general, es que por encima del bien común o
colectivo tiene prioridad el bien propio o personal, de tal forma que una
persona solo buscará el bien común cuando sea un medio para conseguir el bien
individual. ¿Tiene esta conducta alguna base biológica que justifique su razón
de existir o es simplemente una falsedad inducida por la cultura? ¿Acaso no es
más lógico, aparte de moral y éticamente saludable, mantener una actitud de
prioridad del bien común sobre el bien individual que en definitiva a largo
plazo redundaría en un bien individual con mayor estabilidad? Es evidente que
es más lógico y biológico la naturaleza del bien común que la del bien
individual, pero entonces ¿Por qué la cultura en la que vivimos se basa en el
individualismo?
El individualismo es el culto a la idea de
posesión, idea que tiene como consecuencia la creación de un ego imaginario
producto de todas las posesiones que ostenta, de tal forma que uno es lo que
posee. Uno es sus ideas, su cuenta bancaria, sus propiedades, sus hijos, su
país, sus valores y esas ideas prevalecen sobre el bien común y además se nutren
del bien común o ajeno.
El individualismo es una invención humana que mantiene
al ser humano engañado y esclavo de vivir de una forma corrompida y fragmentada
de la realidad. No hay nada malo en el egoísmo, lo que realmente es dañino es
el individualismo.
La realidad es que todo y todos estamos en
relación y sin la relación nada tiene sentido. No existe nada que no esté en
relación. No somos seres individuales sino seres en relación, es decir somos la
relación misma y por consiguiente lo que le haces a otro ser te lo haces a ti
mismo. No es una cuestión moral sino biológica y factual.
¿Por qué no vemos que somos la relación? ¿Cómo
vamos a ver la relación si somos seres posesivos? No es posible ver la
relación, ver este mundo maravilloso que está en perfecto orden si somos seres
mezquinos custodiando nuestras ilusorias pertenencias. Acaso hay mayor prueba
de nuestro engaño que esa realidad de que ´Vinimos a este mundo desnudos y nos
iremos desnudos´.
No puedes poseer nada. Cuando tienes la idea de
poseer algo o a alguien te estás engañando y ello tiene ciertas consecuencias
sobre tu vida que deberías darte cuenta. Tu hijo, tu marido, tu opinión, no es
ni tu hijo, ni tu marido ni tu opinión. Cuando tienes un sentimiento de apego o
posesión sobre tu hijo lo que estás haciendo es no permitir que ese muchacho se
desarrolle libre de dependencias psicológicas y sentimentalismos y a la misma
vez te olvidas de ti mismo, todo lo cual va en perjuicio de la relación y si
uno fuera realmente egoísta no tendría esa actitud individualista y posesiva de
la relación que no hace más que perjudicar.
Es el individualismo el que nos obliga a buscar
el placer a través de la comida, de la bebida, de las drogas, del poder, del
riesgo, ocasionándonos una gran desdicha y una salud pertrecha.
De la misma forma el individualismo no nos
permite cuestionarnos cuando sufrimos, cuando padecemos, cuando estamos
deprimidos, cuando nos sentimos solos y lo que solemos hacer es escapar de esas
emociones que asimismo son producidos por el propio sentimiento de
individualidad.
La individualidad no solo nos mantiene temerosos
de perder lo que poseemos sino que nos hace ignorantes y alejados de ese mundo
natural que nos dio la vida y que continuamente nos ofrece afecto. La
individualidad nos sumerge en una vida artificial y nos separa de nuestra
propia naturaleza, si despertáramos ese egoísmo natural que hay en nuestro ser
dejaríamos de ser individualistas y aprenderíamos a vivir en relación, porque en
definitiva tu eres un reflejo de mi mismo y yo soy un reflejo de ti… no te das
cuenta?
Es en la relación donde tiene sentido la vida de
una forma total y es donde brota como una fuente natural el amor, la belleza y
la inteligencia entre los seres.
Despertemos ese egoísmo natural de encontrar siempre
lo mejor para nuestra salud y equilibrio, desechando cualquier idea que nos conduce
al deterioro y al desgaste humano….. y hagámoslo juntos.
muy bueno
ResponderEliminarLo que es bueno es comprender, entonces compartimos y disfrutamos juntos de un trocito de realidad.
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