viernes, 29 de julio de 2011

¿Cuál es nuestra relación con otros seres?

Los seres humanos nos distinguimos porque tenemos una morfología determinada a diferencia de otros animales y también porque tenemos unas capacidades psíquicas o mentales específicas de nuestra especie biológica. Con ello no se quiere decir que el ser humano sea superior o inferior sino únicamente que todas las especies se diferencian unas de otras aparentemente.

Sin embargo si miramos profundamente podremos apreciar que los órganos de los animales, sobre todo los mamíferos, son bastante iguales, que el código genético es el mismo, que nos reproducimos para garantizar la supervivencia de la especie y que nuestro ciclo biológico de nacer, vivir y morir es más o menos igual.

En el fondo todos estamos aquí formando parte de una existencia y tratando de ocupar nuestro nicho biológico sobreviviendo a través del tiempo y si no fuera a causa del ser humano nuestra capacidad de sobrevivir seguramente sería a más largo plazo pues la humanidad está alterando tanto el medio ambiente que por su actividad ha dado lugar a la extinción de muchas especies de animales y plantas.

¿Por qué hay tanta diversidad de especies? ¿No será que tratan de salvaguardar algo? Da la sensación que todas estas especies parten de un mismo origen y que es dicho origen el que tratan de proteger con la creación de especies de muy diversas formas y capacidades de tal forma que obtengan más posibilidades de supervivencia ante cualquier adversidad.

Por esa razón las especies no compiten entre sí por sobrevivir sino que más bien colaboran unas con otras en fortalecerse mutuamente permitiendo que sus miembros más viejos o enfermos sean el alimento de especies distintas.

Las especies son conscientes que han de protegerse unas a otras a excepción del ser humano que se sirve de las demás especies a su antojo, sintiendo que es el amo y señor de la Tierra.

El ser humano ha de salvaguarda la vida, ha de evitar todo posible sufrimiento, tiene que poner al servicio de la naturaleza todos aquellos conocimientos que su propia naturaleza le ha concedido. Hemos de dejar de ser insensibles y optar por una vida de relación con las otras especies de colaboración, afecto y con una actitud de aprender de ellas lo que jamás nos podríamos haber imaginado.

Matamos indiscriminadamente a todos esos animalillos que andan alrededor de casa: moscas, hormigas, arañas, avispas, culebras, sin comprender que nuestra vida sin ellos no sería posible y cuando usamos venenos contra ellos también nos estamos envenenando nosotros mismos.

Matamos por miedo, por temor a ser heridos, y cuando el peligro ha pasado sentimos placer y convertimos el matar en un deporte.

Amar no es una pasión romántica entre dos personas, amar es vivir unidos en relación con el máximo respeto y cuidado a la vida, sea esta propia o ajena, sea de la misma especie o de otra, pertenezca a este mundo u a otro.

El ser humano ha entendido eso de competir de una forma profundamente errónea pues no se trata de competir para dejar a los demás atrás sino para apoyarles en su esfuerzo y que todos lleguemos juntos hacia un mismo destino.

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