Empezar respondiendo que ya somos inteligentes
no sería más que una reacción de nuestra arrogancia e ignorancia pues la
realidad es que hemos creado un mundo social lleno de injusticias, guerras,
crueldades, y desigualdades y mientras una pequeña parte de la humanidad vive
en el placer, la ostentación y el lujo, la mayoría de la humanidad vive en la
miseria, sufriendo y con desesperación.
Desde luego no parece a simple vista que el ser
humano a lo largo de su historia haya actuado con mucha inteligencia y ni
siquiera podemos tener el alivio o la esperanza de decir que ahora seamos más
inteligentes que antes.
Hoy en día no existe una definición clara y
compartida por la ciencia acerca de lo que es la inteligencia y en general se
asume como la capacidad para entender ideas complejas, adaptarse de manera
efectiva al ambiente, aprender de la experiencia, utilizar formas de
razonamiento y superar obstáculos utilizando el pensamiento.
Etimológicamente su origen latino inteligere se compone de intus (entre) y legere (escoger), por lo que podíamos deducir que ser inteligente
es saber escoger la mejor opción entre las que tenemos para resolver un
determinado problema.
A lo largo de la historia humana se ha intentado
medir el grado de inteligencia de una persona pero las variables a tener en
cuenta se han ido ampliando de tal forma que las últimas teorías exponen que
hay inteligencias múltiples que van desde la lógica-matemática, pasando por la
verbal-lingüística, visual-espacial, corporal-cinética, musical, interpersonal,
intrapersonal y naturalista. La prueba más evidente de esta teoría es relativa
a personas con trastornos mentales que han demostrado una gran inteligencia
musical o matemática.
Desde luego a veces cuando se habla de
inteligencia no queda claro si lo confundimos con cultura, que es el conjunto
de conocimientos adquiridos y del mismo lo confundimos con memoria, que es el
órgano donde se almacena toda la información de nuestra experiencia.
No cabe duda que según se entiende la inteligencia
de una persona está formada no solo por su experiencia sino por un conjunto de
variables como, la capacidad de observación, la atención, la curiosidad y la
capacidad de aprender.
Parece lógico pensar que el rendimiento que
obtenemos de nuestras actividades diarias depende en gran medida de la atención
que les prestemos, pero también hay que tener en cuenta que, para responder
adecuadamente a los retos, o problemas que la vida diaria y cotidiana nos
presenta, también intervienen otras variables como un estado emocional estable,
una buena salud física y psicológica, y quizás una de las más importantes es
nuestra motivación, que puede ir desde nuestros mezquinos intereses hasta la más
hermosa pasión por el bien común.
La función principal de la inteligencia no es saber
sobrevivir o ser astuto en un mundo donde impera el engaño, la mentira y la manipulación
por la lucha de poder, sino dirigir el comportamiento humano para resolver
problemas de la vida cotidiana de una forma holística. ¿De qué sirve que yo
salga bien parado a la hora de resolver un problema si ha sido a costa de que
otra persona salga mal parada?, desde luego eso no es inteligencia, eso es más
bien torpeza.
Si la inteligencia no tiene esa cualidad de la
responsabilidad en la relación entonces no es inteligencia en absoluto porque
tarde o temprano el otro hará lo posible por ser más inteligente que tu para
servirse de ti.
Actualmente la inteligencia es una mezcla de
conocimientos, que se traducen en habilidades, que junto a nuestras
intenciones, que no son más que limitaciones psicológicas, y a los retos o
situaciones que surgen, nos hacen comportarnos para obtener el mayor beneficio
posible. ¿Cómo podemos decir que una persona es inteligente cuando realmente es
esclavo de su pensamiento?
Teniendo en cuenta lo que se ha expresado uno se
pregunta si ¿Es la inteligencia simplemente un conjunto de capacidades o
habilidades? ¿Existe una inteligencia distinta que vaya más allá de la
inteligencia personal? ¿Existen seres inteligentes o lo que realmente existe
son acciones inteligentes?
Es obvio que la inteligencia personal está muy
limitada por los propios intereses personales y por esa razón mientras las
personas no sean capaces de ir más allá de lo personal su inteligencia no tiene
significación alguna para el bienestar de la humanidad.
¿Cómo podemos encontrar una inteligencia capaz
de ir más allá de las limitaciones personales, más allá de las limitaciones que
nuestro propio pensamiento nos impone?
La inteligencia comienza cuando hay percepción
directa de lo que somos, cuando nos damos cuenta o comprendemos nuestra
relación psicológica con respecto a lo que percibimos o lo que está sucediendo.
Lo que vamos a indagar a continuación no se
trata de entrar en trance o en algún tipo de engaño hipnótico, ni tampoco se
trata de imaginar o autoengañarse, requiere honestidad y atención.
Está claro que tenemos una percepción o una idea
de la realidad y además parece que todas las personas que conocemos coinciden
de esa forma de percibir las cosas, con lo cual no parece lógico que todos
estemos equivocados.
¿Cómo nos percibimos a nosotros mismos? De momento
da igual como nos percibamos pero lo cierto es que nos percibimos en relación
con algo. Sentimos que somos diferentes de los demás y que tenemos una vida
propia que vivir. También somos conscientes que vinimos a este mundo desnudo y
solo, y que nos iremos de este mundo de
la misma forma.
Nos percibimos en relación a los demás, nos
percibimos en relación a la naturaleza, nos percibimos en relación a lo que
está sucediendo, nos percibimos incluso a lo que nos pasa interiormente o
emocionalmente, nos percibimos según lo que pensamos o sentimos. Pero ¿Quién es
el que percibe?
Si yo siento miedo, ¿Quién es el que siente el miedo?
Cuando decimos que la persona que siente el miedo es uno mismo, estamos fragmentado
o separando la realidad, estamos creando un mundo psicológico en el que existe el
miedo separado de uno mismo, lo cual es un disparate de consecuencias inimaginables
para la inteligencia humana.
Cuando uno percibe sin opción alguna, sin
necesidad de elegir, cuando uno encuentra esa realidad que rompe la
individualidad, es entonces cuando surge la inteligencia y esa inteligencia es
un movimiento ordenado en cualquier dirección que se mire.
La cultura actual tiene una percepción de la
realidad que es fragmentada en infinitas partes individuales y todo lo que
produce dicha cultura es fragmentado en sí mismo. Quizás la peor consecuencia
es que las personas piensan y sienten de esa forma fragmentada, lo cual es el
origen de todo conflicto.
En esta cultura puede haber personas con grandes
capacidades en el terreno del arte, de la tecnología, de la filosofía, pero en
ello no puede haber inteligencia si no hay percepción directa de que el
observador es lo observado. Un filósofo puede tener gran cantidad de
conocimientos pero eso no le hace actuar de forma inteligente y más bien sería
como un pequeño niño jugando con piezas a las construcciones sino es capaz de percibir
como un hecho real la propia fragmentación de su mente.
Cuando se percibe que la fragmentación es pura
ilusión surge la inteligencia y en esa inteligencia deja de tener validez la
acción personal. Por esa razón la inteligencia no es una capacidad del ser, ni siquiera
algo que podamos medir.
La inteligencia no se posee ni se obtiene, la
inteligencia tiene una pureza no manipulable, es un movimiento del que podemos
participar si somos capaces de pasar la frontera de ver la vida como infinitas
partes separadas unas de otras.
En el preciso momento que se percibe que el
miedo es uno mismo, que no es posible hacer nada con respecto al miedo, que ir
al psicólogo que tampoco ha sido capaz de enfrentar sus miedos es un escape y
una pérdida de tiempo y dinero, que tratar de evitar el objeto del miedo es
tapar una herida infestada, que analizar o racionalizar el miedo lo que hace es
hacerlo más complejo si cabe, que todo lo que se hace para vencer el miedo es
la propia acción del miedo y eso inevitablemente acaba fortaleciéndolo, en ese
preciso momento de pararse frente al miedo y sentir que el miedo es el propio
yo, que el miedo es uno mismo, surge un encuentro con la realidad donde se
expresa la inteligencia.
De la misma forma podemos percibir, no como una
idea sino como una realidad, que todos los seres humanos somos similares y que
nuestra conciencia es común al resto de la humanidad. Cuando se percibe que el
miedo o el sufrimiento de otra persona es tu propio sufrimiento, entonces uno
hace todo lo posible para resolver dicho sufrimiento.
En esta cultura nuestra hay gran cantidad de
personas con una enorme capacidad intelectual, muchos de ellos ocupando cargos
en instituciones de conocimiento o de poder, que divagan sobre la injusticia
social o sobre el sufrimiento humano, pero la realidad es que ellos viven como
burgueses insensibles a esa realidad que ellos no tocan, y en ello no hay ni
una pizca de inteligencia, más bien es la ceguera, la irresponsabilidad y
sobretodo la ignorancia lo que les hace conducirse de esa forma tan cruel.
La cultura ha hecho de la inteligencia un circo
donde competir, y la utiliza para comparar unos seres con otros, lo cual ha
creado por una parte una gran frustración al ser humano que se ve en
inferioridad de condiciones y por otra parte ha creado vanidad a esos seres que
en sus capacidades se sienten superiores a los demás y se aprovechan de los demás,
aunque de vez en cuando hagan obras de caridad para no tener dolores de conciencia.
A los científicos les gustaría poder controlar
la inteligencia, poderla medir, poderla simular, poderla incluso estimular en
animales y personas, lo cual demuestra la escasa o nula inteligencia que hay en
esos ambientes científicos, que con muchísimo esfuerzo, tiempo y dinero tratan
de encontrar alguna verdad sin darse cuenta que la verdad puede que esté en
ellos mismos y no requiera ni esfuerzo, ni tiempo, ni dinero.
La inteligencia es parte del orden natural de la
existencia y no necesita de la mano del hombre para crear. La inteligencia va
unida a la belleza porque en su movimiento creativo hay orden y una hermosa
armonía.
Basta con tocar una pisca de esa inteligencia
para que la humanidad de un giro y cambie el rumbo de su existencia por una
senda de hermandad y de amor.
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