martes, 7 de mayo de 2013

¿Podemos ser inteligentes?


Empezar respondiendo que ya somos inteligentes no sería más que una reacción de nuestra arrogancia e ignorancia pues la realidad es que hemos creado un mundo social lleno de injusticias, guerras, crueldades, y desigualdades y mientras una pequeña parte de la humanidad vive en el placer, la ostentación y el lujo, la mayoría de la humanidad vive en la miseria, sufriendo y con desesperación.

Desde luego no parece a simple vista que el ser humano a lo largo de su historia haya actuado con mucha inteligencia y ni siquiera podemos tener el alivio o la esperanza de decir que ahora seamos más inteligentes que antes.

Hoy en día no existe una definición clara y compartida por la ciencia acerca de lo que es la inteligencia y en general se asume como la capacidad para entender ideas complejas, adaptarse de manera efectiva al ambiente, aprender de la experiencia, utilizar formas de razonamiento y superar obstáculos utilizando el pensamiento.

Etimológicamente su origen latino inteligere se compone de intus (entre) y legere (escoger), por lo que podíamos deducir que ser inteligente es saber escoger la mejor opción entre las que tenemos para resolver un determinado problema.

A lo largo de la historia humana se ha intentado medir el grado de inteligencia de una persona pero las variables a tener en cuenta se han ido ampliando de tal forma que las últimas teorías exponen que hay inteligencias múltiples que van desde la lógica-matemática, pasando por la verbal-lingüística, visual-espacial, corporal-cinética, musical, interpersonal, intrapersonal y naturalista. La prueba más evidente de esta teoría es relativa a personas con trastornos mentales que han demostrado una gran inteligencia musical o matemática.

Desde luego a veces cuando se habla de inteligencia no queda claro si lo confundimos con cultura, que es el conjunto de conocimientos adquiridos y del mismo lo confundimos con memoria, que es el órgano donde se almacena toda la información de nuestra experiencia.

No cabe duda que según se entiende la inteligencia de una persona está formada no solo por su experiencia sino por un conjunto de variables como, la capacidad de observación, la atención, la curiosidad y la capacidad de aprender.

Parece lógico pensar que el rendimiento que obtenemos de nuestras actividades diarias depende en gran medida de la atención que les prestemos, pero también hay que tener en cuenta que, para responder adecuadamente a los retos, o problemas que la vida diaria y cotidiana nos presenta, también intervienen otras variables como un estado emocional estable, una buena salud física y psicológica, y quizás una de las más importantes es nuestra motivación, que puede ir desde nuestros mezquinos intereses hasta la más hermosa pasión por el bien común.

La función principal de la inteligencia no es saber sobrevivir o ser astuto en un mundo donde impera el engaño, la mentira y la manipulación por la lucha de poder, sino dirigir el comportamiento humano para resolver problemas de la vida cotidiana de una forma holística. ¿De qué sirve que yo salga bien parado a la hora de resolver un problema si ha sido a costa de que otra persona salga mal parada?, desde luego eso no es inteligencia, eso es más bien torpeza.

Si la inteligencia no tiene esa cualidad de la responsabilidad en la relación entonces no es inteligencia en absoluto porque tarde o temprano el otro hará lo posible por ser más inteligente que tu para servirse de ti.

Actualmente la inteligencia es una mezcla de conocimientos, que se traducen en habilidades, que junto a nuestras intenciones, que no son más que limitaciones psicológicas, y a los retos o situaciones que surgen, nos hacen comportarnos para obtener el mayor beneficio posible. ¿Cómo podemos decir que una persona es inteligente cuando realmente es esclavo de su pensamiento?

Teniendo en cuenta lo que se ha expresado uno se pregunta si ¿Es la inteligencia simplemente un conjunto de capacidades o habilidades? ¿Existe una inteligencia distinta que vaya más allá de la inteligencia personal? ¿Existen seres inteligentes o lo que realmente existe son acciones inteligentes?

Es obvio que la inteligencia personal está muy limitada por los propios intereses personales y por esa razón mientras las personas no sean capaces de ir más allá de lo personal su inteligencia no tiene significación alguna para el bienestar de la humanidad.

¿Cómo podemos encontrar una inteligencia capaz de ir más allá de las limitaciones personales, más allá de las limitaciones que nuestro propio pensamiento nos impone?

La inteligencia comienza cuando hay percepción directa de lo que somos, cuando nos damos cuenta o comprendemos nuestra relación psicológica con respecto a lo que percibimos o lo que está sucediendo.

Lo que vamos a indagar a continuación no se trata de entrar en trance o en algún tipo de engaño hipnótico, ni tampoco se trata de imaginar o autoengañarse, requiere honestidad y atención.

Está claro que tenemos una percepción o una idea de la realidad y además parece que todas las personas que conocemos coinciden de esa forma de percibir las cosas, con lo cual no parece lógico que todos estemos equivocados.

¿Cómo nos percibimos a nosotros mismos? De momento da igual como nos percibamos pero lo cierto es que nos percibimos en relación con algo. Sentimos que somos diferentes de los demás y que tenemos una vida propia que vivir. También somos conscientes que vinimos a este mundo desnudo y solo,  y que nos iremos de este mundo de la misma forma.

Nos percibimos en relación a los demás, nos percibimos en relación a la naturaleza, nos percibimos en relación a lo que está sucediendo, nos percibimos incluso a lo que nos pasa interiormente o emocionalmente, nos percibimos según lo que pensamos o sentimos. Pero ¿Quién es el que percibe?

Si yo siento miedo, ¿Quién es el que siente el miedo? Cuando decimos que la persona que siente el miedo es uno mismo, estamos fragmentado o separando la realidad, estamos creando un mundo psicológico en el que existe el miedo separado de uno mismo, lo cual es un disparate de consecuencias inimaginables para la inteligencia humana.

Cuando uno percibe sin opción alguna, sin necesidad de elegir, cuando uno encuentra esa realidad que rompe la individualidad, es entonces cuando surge la inteligencia y esa inteligencia es un movimiento ordenado en cualquier dirección que se mire.

La cultura actual tiene una percepción de la realidad que es fragmentada en infinitas partes individuales y todo lo que produce dicha cultura es fragmentado en sí mismo. Quizás la peor consecuencia es que las personas piensan y sienten de esa forma fragmentada, lo cual es el origen de todo conflicto.

En esta cultura puede haber personas con grandes capacidades en el terreno del arte, de la tecnología, de la filosofía, pero en ello no puede haber inteligencia si no hay percepción directa de que el observador es lo observado. Un filósofo puede tener gran cantidad de conocimientos pero eso no le hace actuar de forma inteligente y más bien sería como un pequeño niño jugando con piezas a las construcciones sino es capaz de percibir como un hecho real la propia fragmentación de su mente.

Cuando se percibe que la fragmentación es pura ilusión surge la inteligencia y en esa inteligencia deja de tener validez la acción personal. Por esa razón la inteligencia no es una capacidad del ser, ni siquiera algo que podamos medir.

La inteligencia no se posee ni se obtiene, la inteligencia tiene una pureza no manipulable, es un movimiento del que podemos participar si somos capaces de pasar la frontera de ver la vida como infinitas partes separadas unas de otras.

En el preciso momento que se percibe que el miedo es uno mismo, que no es posible hacer nada con respecto al miedo, que ir al psicólogo que tampoco ha sido capaz de enfrentar sus miedos es un escape y una pérdida de tiempo y dinero, que tratar de evitar el objeto del miedo es tapar una herida infestada, que analizar o racionalizar el miedo lo que hace es hacerlo más complejo si cabe, que todo lo que se hace para vencer el miedo es la propia acción del miedo y eso inevitablemente acaba fortaleciéndolo, en ese preciso momento de pararse frente al miedo y sentir que el miedo es el propio yo, que el miedo es uno mismo, surge un encuentro con la realidad donde se expresa la inteligencia.

De la misma forma podemos percibir, no como una idea sino como una realidad, que todos los seres humanos somos similares y que nuestra conciencia es común al resto de la humanidad. Cuando se percibe que el miedo o el sufrimiento de otra persona es tu propio sufrimiento, entonces uno hace todo lo posible para resolver dicho sufrimiento.

En esta cultura nuestra hay gran cantidad de personas con una enorme capacidad intelectual, muchos de ellos ocupando cargos en instituciones de conocimiento o de poder, que divagan sobre la injusticia social o sobre el sufrimiento humano, pero la realidad es que ellos viven como burgueses insensibles a esa realidad que ellos no tocan, y en ello no hay ni una pizca de inteligencia, más bien es la ceguera, la irresponsabilidad y sobretodo la ignorancia lo que les hace conducirse de esa forma tan cruel.

La cultura ha hecho de la inteligencia un circo donde competir, y la utiliza para comparar unos seres con otros, lo cual ha creado por una parte una gran frustración al ser humano que se ve en inferioridad de condiciones y por otra parte ha creado vanidad a esos seres que en sus capacidades se sienten superiores a los demás y se aprovechan de los demás, aunque de vez en cuando hagan obras de caridad para no tener dolores de conciencia.

A los científicos les gustaría poder controlar la inteligencia, poderla medir, poderla simular, poderla incluso estimular en animales y personas, lo cual demuestra la escasa o nula inteligencia que hay en esos ambientes científicos, que con muchísimo esfuerzo, tiempo y dinero tratan de encontrar alguna verdad sin darse cuenta que la verdad puede que esté en ellos mismos y no requiera ni esfuerzo, ni tiempo, ni dinero.

La inteligencia es parte del orden natural de la existencia y no necesita de la mano del hombre para crear. La inteligencia va unida a la belleza porque en su movimiento creativo hay orden y una hermosa armonía.

Basta con tocar una pisca de esa inteligencia para que la humanidad de un giro y cambie el rumbo de su existencia por una senda de hermandad y de amor.



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