Si uno tuviera que
expresar una síntesis del encuentro que ha tenido lugar en Segovia, en este
precioso mes primaveral de mayo, podría decir sin lugar a dudas que la vida es sorprendente
a cada instante, que todo aquello que se manifiesta es absolutamente nuevo y
bello, y que participar de su movimiento creativo es la esencia del amor.
El encuentro de Segovia
es una encuentro con amigos en un ambiente afectuoso, con la pretensión de
dialogar al respecto de nosotros mismos, de conocernos en mayor medida, de
observar juntos los hechos que suceden, de compartir nuestros problemas,
nuestros conflictos, nuestro sentimiento profundo de soledad, todo ese afán por
lograr metas imaginarias y de ver sus consecuencias sin necesidad de sacar
conclusiones.
El encuentro de Segovia
es un encuentro con uno mismo a través de los demás, los demás son un espejo
donde podemos vernos, un espejo con el que poder hablar afectuosamente para
conocernos. Discutir con el espejo o estar de acuerdo o en descuerdo con él, es
algo inútil. Identificarnos con el espejo, enamorarnos del espejo, admirar al
espejo es absurdo, porque todo lo que vemos, interpretamos, juzgamos,
criticamos, en los demás es una proyección de nuestra propia mente. Es curioso
cómo podemos vivir sin darnos cuenta de que esa lucha que mantenemos con el
mundo solo se está dando en nuestra cabeza.
En cierta manera las
personas que vienen a este tipo de encuentro son seres humanos valientes y
atrevidos que quieren hacer frente a su propio problema personal y a los
problemas que compartimos el resto de la humanidad. Ciertamente es necesario
decir que cuando dialogamos las primeras veces podemos llegar a sentirnos
molestos porque alguien piensa diferente a nosotros o porque alguien no acepta
nuestro punto de vista, pero cuando esa barrera se salta es hermoso ver como
las personas aprenden de sí mismas dialogando con afecto y sin necesidad de
ponerse de acuerdo.
Si bien en todo
desarrollo humano es importante hacer un trabajo en solitario: leyendo,
observando, escuchando, en silencio, también es importante encontrarse con los
demás y ver todo lo que surge en la relación, de lo contrario podemos irnos a
vivir aislados a una cueva separados de la realidad y nunca descubriremos como
somos realmente. Por esa razón animo a todo el mundo que haya hecho un trabajo
serio consigo mismo, a acercarse a estos encuentros y verse en relación con
personas que como uno mismo están en ese camino de comprenderse.
Este año Segovia se ha
vestido con sus mejores galas. La primavera ha llenado los paseos con multitud
de flores y han despertado nuestros sentidos haciéndonos sentir vivos y atentos
a: esas mariposas que revolotean inquietas, a esos castaños repletos de flores
en forma de racimo, al movimiento del agua precipitándose rio abajo, a la
frescura de la hierba, al olor del tomillo y del hinojo, al vuelo pausado de
los buitres, al canto seco de los cuervos y al sonido de esas campanas que
compiten por dar las horas.
¿Que hemos aprendido en
este encuentro?
No me refiero
específicamente a lo que yo mismo he podido aprender como experiencia personal,
sino a lo que hemos podido observar juntos a través de esos momentos que he
podido compartir con algunas personas del encuentro a través de diálogos y
observaciones que hemos tenido en los paseos, en los videos, durante las
comidas, en los grupos de diálogo o en el coche de vuelta a casa.
Tampoco me refiero a lo
que nos ha gustado o no nos ha gustado sino más bien si hemos podido captar
algo nuevo, si nos llevamos algo que merezca la pena de vuelta a casa, algo que
sea hermoso, algo que permita que nuestra vida tome un rumbo diferente, o si
hemos captado algo bello para cuidar en nuestro corazón como si fuera una valiosa
semilla. ¿Es posible aprender, darnos cuenta de lo que pasa?
Una de las primeras
cosas que uno ha aprendido es que no podemos esperar a que las cosas sean de
una forma predeterminada. Si al llegar al encuentro no está la gente que uno
espera o en el grupo no se dialoga según como uno cree, o si a uno no le ha tocado
en el grupo de diálogo que le gustaría, entonces se produce un malestar en
nuestro interior que achacamos a los demás, cuando en realidad es que el
malestar lo hemos producido nosotros
mismos, lo cual puede durar todo el encuentro. Nuestro malestar no es debido a
los demás sino debido a que pensamos de manera errónea, queriendo que el futuro
sea a nuestro antojo.
Otra de las cosas que uno
ha aprendido es que hay muchas formas de escapar del sufrimiento, de ese
sentimiento de angustia y de dolor que los demás nos han producido. No queremos
comprender el sufrimiento y por eso nos dedicamos a ayudar a los demás, nos
metemos en una ONG, en una obra social o nos metemos en una secta, una religión
o hacemos algún tipo de sacrificio. Y uno se pregunta: ¿cuánto tiempo pueden
durar esos escapes?, al final el sufrimiento vuelve y puede que la siguiente
vez sea aún mas demoledora que la anterior. El sufrimiento se sustenta, no en
lo que nos han hecho los demás, sino en nuestro sentido de posesión, en nuestro
apego, en la imagen que tenemos de nosotros mismos o en la imagen que queremos
que los demás tengan de nosotros. Vivir sin imágenes es vivir sin sufrimiento
psicológico alguno. ¿Es posible vivir sin imágenes?
¿Qué sentido tiene vivir
impulsados por las experiencias vividas, por los recuerdos de experiencias
pasadas, aunque estas experiencias sean espirituales o angelicales? El ahora en
un sentido psicológico no necesita de experiencias sino de sensibilidad y nunca
una experiencia, por muy buena o mala que sea, nos aportará nada útil para
solucionar algunos de nuestros problemas humanos. ¿Por qué vivimos de recuerdos
muertos?
Otro aspecto de la
realidad que uno ha captado indagando sobre el poder de influenciar es que la
influencia que ejercemos unos sobre otros se muestra en forma de opiniones,
creencias, prejuicios e ideales y que la necesidad de influenciar coexiste con
la necesidad de ser influenciado.
La necesidad que tenemos
de influenciar en los demás se debe a que no estamos seguros de nuestras
propias influencias recibidas y nos pasamos la vida queriendo influenciar en
los demás y necesitamos que el mundo entero piense como nosotros para obtener
dicha seguridad, lo cual es un esfuerzo en vano.
Por otra parte la necesidad
de ser influenciados por los demás se debe principalmente a nuestro deseo de
alcanzar metas o logros personales, lo cual es sencillamente egoísmo.
Permitimos ser influenciados porque estamos llenos de deseos personales. Y uno
se pregunta: ¿es posible vivir sin influencia alguna?
Algo que uno ha
aprendido en compañía de otras personas, y sentido con suma belleza, es el
movimiento de observar los hechos, profundizando en ellos hasta llegar al fondo
de las cuestiones.
Indagar requiere de una
disciplina seria y profunda que significa observar sin observador, mirar sin
que nuestras opiniones limitadas interfieran, caminar juntos desbrozando toda
maleza que nos impida ver la senda por la que caminamos. Es entonces cuando
surge algo más allá del pensamiento, más allá del conocimiento, más allá de
toda experiencia, y de repente miramos y vemos un árbol y ese árbol es la vida,
nuestra propia vida, y ese sonido de la campana tiene tanto significado como el
mejor de los discursos.
Individualmente casi
nunca vamos hasta el fondo de las cuestiones, casi siempre nadamos en la
superficie de los problemas, quizás es porque sabemos que si llegamos hasta el
fondo surgirá esa comprensión que nos hará cambiar de forma irreversible,
convirtiéndonos en personas diferentes, lo cual nos conduce al miedo a cambiar
lo que somos. La indagación es un proceso de observación donde se cuestiona al
propio observador y por ello podemos decir que la observación no está en
nuestro cerebro, es energía libre, y solo se puede manifestar en nosotros
cuando hay quietud, serenidad y honestidad en nuestra mente. No es posible
pretender observar, solo es posible ser honestos. Psicológicamente nos cuesta admitir
que pueda haber algo fuera de nuestro cuerpo capaz de decidir por nosotros lo
que hemos de ver, de sentir o de hacer, preferimos tener control sobre nosotros
mismos, ver siempre lo mismo y enredarnos en ello.
El tema del encuentro
era ´la crisis en el mundo actual´ y aprendimos dialogando que las diferentes
formas como se muestra la crisis: desahucios, preferentes, corrupción, paro,
nacionalismo, guerras, suicidios, son producto del interés personal, ese
interés personal que cada uno de nosotros.
Nuestro interés personal
es la verdadera crisis y su actitud es sacar provecho en cualquier
circunstancia. Mientras tengamos interés personal seremos responsables directos
de la crisis en el mundo actual y mientras uno mismo no ceda en su empeño
egoísta el mundo no cambiará.
En el diálogo nos
preguntamos si era posible ir más allá del interés personal sin necesidad de
aniquilarnos, suicidarnos o degollarnos, si era posible darnos cuenta que hay
todo un mundo por descubrir, todo un universo que está delante de nuestros
sentidos y que pasa desapercibido por nuestra ignorancia y egoísmo.
Entonces a partir de ese
momento percibimos juntos, por un instante infinito, que existe la totalidad,
no como un concepto metafísico o como una especulación, sino como un hecho real
y que toda esa totalidad que percibimos es un movimiento inteligente de la vida
que es la esencia del amor.
La totalidad es posible
percibirla por los sentidos sino nos identificamos con lo que observamos, si
permitimos adentrarnos en la naturaleza de las cosas, si no hay interferencia
del pasado. A la totalidad no se llega por una idea, las ideas hay que dejarlas
a un lado y de esa forma poder percibir la inmensa realidad que hay hasta en la
cosa más diminuta e insignificante que observemos. La totalidad es holística,
no es posible dividirla, es única, y cada manifestación de ella es ella misma.
La totalidad no es
alcanzable, la totalidad está ahí delante de ti y para que la puedas tocar,
antes tu identidad psicológica no debe estar, y aunque parezca absurdo, este es
el gran misterio.
Otras de las cosas que
uno pudo aprender con total claridad, quizás porque es un asunto que se repite
y se repite, encuentro tras encuentro, y parece que las personas nos negamos a
cuestionar en profundidad, es que todas las metas o ideas psicológicas de
alcanzar algún estado mental o espiritual son meras ilusiones que no conducen
más que a la frustración.
Psicológicamente no
existe el tiempo, no podemos conseguir algo en el futuro. No podemos pretender
ver o comprender en el futuro porque solo se puede ver o comprender en el
presente. Practicando meditación o respirando profundamente no vamos a
conseguir comprender. Únicamente comprenderemos cuando entendamos que la idea
de futuro es falsa, que todo ese tiempo ilusionado practicando lo que sea no
nos llevará a ningún lado más que al desengaño. Lo que somos ahora no cambiará
sino hacemos algo ahora mismo. Hacer algo radical es ver en un instante, sin
necesidad de razonar o analizar, que no existe tal iluminación, ni nada
parecido, y que todas esas personas que escuchas hablar con cierta claridad o
poder de seducción pueden estar perfectamente equivocados o pueden simplemente tener
sentido común. La ignorancia es algo común a todas las personas, incluidas las
que tú crees que están iluminadas y cuanto antes lo veas y lo admitas, antes te
liberarás de esas influencias inútiles.
Por último, si uno es
honesto, el conocimiento de uno mismo no parece ser ningún tipo de conocimiento
o experiencia sino más bien una posibilidad de percibir, de hacernos sensibles
y de captar el movimiento del pensamiento en relación con las emociones y la
conducta.
Si el conocimiento de
uno mismo lo impulsa el logro hacia algo, eso no permitirá caminar de ningún
modo, pero si únicamente lo impulsa un sentido de curiosidad, de querer saber
cómo es uno mismo, de aprender a leer el libro que es nuestra vida, entonces el
conocimiento de uno mismo es tan veloz como la luz y tan trasparente como el
agua cristalina que desciende de las montañas nevadas. Sé una luz para ti mismo,
disfruta de aprender, lee las páginas del libro que es la humanidad y no
permitas que ninguna idea te influencie.
Podemos decir que a
pesar de llevar años intentando comprender la enseñanza de la vida aún no
sabemos nada y lo podemos decir con toda honestidad e incluso me atrevería a
decir con orgullo, porque no se trata de saber nada sino de aprender a ser uno
mismo con ´lo que es´.
El encuentro de Segovia
ha sido una gran oportunidad para aprender juntos y para sorprendernos de lo
que la vida nos ha querido mostrar de instante en instante. La palabra
encuentro significa dar con alguien o hallar a alguien, también significa coincidir
o unir dos cosas separadas y por esa razón la vida es un encuentro continuo con
la realidad que somos cuando dejamos a un lado toda ilusión o deseo
psicológico.
Gracias a los
organizadores y colaboradores que han hecho posible un año más este entrañable
encuentro.
Hola Goyo,
ResponderEliminarTambién a mi me pareció ver el esplendor de la
primavera en Segovia...
¿Que he aprendido ? a ver un poco más mis propios
velos y a darme cuenta que lo que busco...no está
en otro lugar...sino aquí mismo...y eso da una
paz...gracias por ayudarme a verlo.
Un abrazo, Magdalena
Que verdad es eso que dices Magda, aprendemos cuando vemos en nosotros nuestros propios bloqueos, velos, conflictos.
EliminarLa comprensión siempre trae paz, serenidad y pasión por vivir y por esa razón no se pueden buscar, lo que hay que intentar es comprender, cuestionar, indagar y comprender, entonces la paz o el silencio es una consecuencia del trabajo bien hecho.
En esto de ver nadie nos puede ayudar, pero si podemos ver juntos, mirar hacia algún aspecto de nuestra vida y ver ambos lo mismo, y aprender de ello.
Nos cuesta aceptar que nadie nos puede ayudar, que solamente es uno quien se ayuda desde un punto de vista psicológico.
Personalmente me gusta dialogar y que nos demos cuenta de cosas equivocadas o que pasan desapercibidas, pero para que eso suceda todos hemos de darnos cuenta y tener paciencia y afecto para ver juntos la belleza de la primavera o el condicionamiento humano.
Un abrazo, preciosa. Fué entrañable encontraros de nuevo y sentir dos corazones hermosos.
Querido Goyo:
ResponderEliminarMuy interesante tu reflexión, algunos puntos especialmente (no encontrar lo esperado, el futuro no existe, etc.)
Me alegra que haya resultado tan bien el encuentro y ya puedes imaginar lo que he sentido (y he aceptado) no poder compartirlo con vosotros.
Seguimos en contacto.
Un fuerte abrazo.
Juan-Crisos
Hola Juan,
EliminarCiertamente este tipo de encuentros es muy fructifero y aunque a veces uno duda si merece la pena asistir, creo que siempre es una oportunidad aprender juntos sobre nuestra vida y como hacer frente a los probemas y conflictos humanos.
Un abrazo y seguimos en contacto.